Este es un portátil de Lenovo pensado para diseñadores gráficos. Y no lo decimos porque tenga motivos grabados como aquel IdeaPad U110. Es la nueva versión del ThinkPad W700 que, además de su enorme pantalla de 17 pulgadas, viene ahora con otra segunda pantalla adicional para ampliar aún más el espacio de trabajo. Pero eso no es todo, porque también lleva una tableta gráfica incorporada de gran utilidad para los profesionales de la imagen digital.

Pero vayamos por partes. La pantalla principal del equipo es de alta definición, pues tiene una resolución de 1.920 x 1.200 píxeles (permite calibrado profesional). En uno de sus lados se encuentra la interfaz secundaria desplegable, con unas respetables dimensiones de 10,6 pulgadas y 768 x 1.280 píxeles de resolución. Para alimentar sus necesidades gráficas cuenta con una tarjeta Nvidia Quadro FX, de 512 megabytes o un gigabyte de memoria dedicada (según se elija el modelo 2700M ó 3700M). Así no hay  problemas mientras se trabaja con su tableta gráfica, situada a uno de los lados del touchpad.

En el resto de especificaciones tampoco se queda corto. Puede emplear procesadores Intel Core 2 Duo, Quad o Extreme, cada cual más potente aún. Si lo que se necesita es memoria RAM, el W700 admite hasta cuatro gigabytes. También cuenta con lo último en almacenamiento: hasta 250 gigabytes en dos discos duros bajo configuración RAID, o bien 64 gigabytes en una única unidad de estado sólido (SSD).

Las opciones de conectividad incluyen un puerto Ethernet o un módulo Wi-Fi para acceder a Internet, además de Bluetooth para transferir archivos desde otros dispositivos. Entre sus diferentes conexiones también se encuentran cinco puertos USB, una interfaz FireWire, una ranura para tarjetas de memoria y salidas de vídeo VGA y DVI. Por último, lleva un par de altavoces integrados, las pertinentes entradas y salidas de audio y una cámara web de 1,3 megapíxeles para videoconferencias.

A consecuencia de todo esto, no es precisamente el portátil para llevarse a todas partes. Si de por sí tiene unas proporciones considerables, además hay que añadir sus nada cómodos cinco kilogramos de peso. La inclusión de Windows Vista también podría suponer algún problema para el usuario. Por no mencionar su abultado precio: casi 3.000 dólares (2.140 euros) en su versión más básica, con un sólo disco duro y sin esa pantalla secundaria que tanto nos ha llamado la atención.

Vía: Gizmodo