Si la estrategia de Polaroid para recuperar su hueco en el sector fotográfico es aferrarse al pasado, apága y vámonos. Cuando todas las compañías presentan en el CES 2009 sus principales bazas para el año que comienza, ellos han llegado a la feria de Las Vegas con esta PoGo Digital Camera. Una cámara digital de diseño primitivo, que basa todo su atractivo (si es que tiene alguno) en su impresora integrada.

Y es que Polaroid quiere seguir explotando el invento de la impresora portátil del mismo nombre. Ese pequeño accesorio portátil que con su tecnología ZINK nos permite sacar las fotos en papel, sin necesidad de utilizar tinta. Pues bien, resulta que esta cámara lleva una de ellas, pero incorporada en el cuerpo del dispositivo. La idea no sería tan ridícula si al menos pudiese competir con lo que hoy en día encontramos en el mercado. Pero es que no se acerca ni a un trasto de juguete.

En serio, ¿cinco megapíxeles de resolución? No es que seamos amigos de la absurda guerra del megapíxel. Pero de ahí a que nos ofrezcan una cámara con menos definición que la que pueda llevar un teléfono móvil. Al menos el móvil tiene la ventaja de ser ligero y delgado. Pero no hay más que ver en las imágenes cómo es la Polaroid PoGo Digital Camera. Un auténtico ladrillo que no cabe ni en el bolsillo más grande.

La impresora es prácticamente idéntica al accesorio que Polaroid vende por separado. Tarda 60 segundos en hacer una copia de 5 x 7 centímetros, en papel resistente al agua y los borrones. Lástima que ya no haga falta imprimir las fotos para ver cómo han salido. De eso ya se encarga la pantalla LCD de tres pulgadas (gran tamaño, como el resto de la cámara).

Todavía no sabemos cuál será el precio esta Polaroid PoGo. Pero desde ya podemos asegurar que cada euro invertido en este engendro electrónico será un completo derroche innecesario de dinero. Saldremos de dudas cuando se ponga a la venta en el mes de marzo. Al menos Polaroid cuenta con casi tres meses para rectificar y echarse atrás.

Vía: Gadgetoblog