¿Quien podría imaginarse que detrás de una inocente caja de pañuelos se esconde una cámara oculta? Es la Tissue Box Spy Camera, un receptáculo de color negro que sirve para almacenar los clásicos pañuelos de papel pero que también resulta especialmente útil para grabar cualquier situación comprometida con total disimulo.


La cámara es programable, por eso es capaz de almacenar imágenes aunque estemos fuera de nuestro domicilio. Si nos asalta la curiosidad en un determinado momento, también podemos activarla a distancia gracias al control remoto. Cuanto a su capacidad podemos decir que tiene 2 GB de memoria interna, ampliable hasta 16 GB con tarjetas SD.

La calidad de las imágenes obtenidas puede llegar a un máximo de 720 x 480 píxeles, aunque la iluminación del espacio no sea la óptima. El problema es que este chisme puede llegar a costarnos casi 500 euros en la tienda de Brick House Security. Los que cuenten con un presupuesto más bajo siempre pueden adquirir el Bug Picture Frame, otro marco de fotos con vocación de espía.

Vía: Techeblog