A esto se le llama meter la pata hasta el fondo. Y eso que incluir un reproductor Blu-ray en un televisor parece una buena idea (al menos mejor que aquel híbrido entre tele e impresora). Pero como Sharp lo ha hecho con su último modelo, el Sharp Aquos DX.

Para empezar su aspecto es más propio de un monitor de ordenador. Pero lo peor de todo es que es pequeño. En realidad extraordinariamente pequeño para disfrutar del cine en alta definición. ¡Tiene sólo veinte pulgadas!.

Encima, la pantalla LCD no es de las mejores (y eso que Sharp las tiene muy buenas). Ésta tiene una resolución de 1.366 x 768 píxeles. ¿Muestra imágenes de alta definición? Realmente, es HD ready, está preparado para mostrar imágenes con definición mejorada. Pero ni siquiera es Full HD. Es decir, se queda corta para afrontar los 1.920 x 1.080 píxeles de resolución que tiene una película en formato Blu-ray. Pero la verdad es que este pequeño defecto se queda en nada cuando esto lo vamos a mostrar en una pantalla ridículamente pequeñas para los tiempos que corren. ¿Para qué integrar entonces un lector de estas características?

Un pequeño consuelo es que pueda reproducir películas estándar en DVD. Se puede mencionar su contraste de 1.500:1 y el brillo de 450 nits, junto al sintonizador TDT integrado. Aunque ante una metedura de pata de este calibre son datos que pierden relevancia.

De momento sólo va a ponerse a la venta en Japón a finales del próximo mes. Costaría creer que una chapuza así consiga traspasar las barreras niponas, donde se venderá por 150.000 yenes (1.140 euros) en color blanco o negro. Encima es caro.

Vía: AkihabaraNews