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La japonesa Yamaha, creadora de los proyectores de sonido para cine doméstico, está innovando continuamente para diferenciarse de sus imitadores. Fruto de esta continuada evolución, es el sistema de sonido compacto YHT-S400, que está compuesto por una delgadísima barra donde se sitúan los canales principales, un receptor y un subwoofer que hace el trabajo duro de los graves más profundos. La innovación principal es el mínimo perfil de la barra, pero también la incorporación del receptor y del subwoofer en el mismo módulo.

Es una solución elegante, no lo vamos a negar, con  un diseño creado para la nueva generación de televisores con muy pocos centímetros de fondo que hace un juego perfecto incluso con pantallas de 50 pulgadas. Apenas sobresale porque tiene sólo 7 centímetros de fondo y cinco de altura. De todas formas, en este producto las medidas no interfieren con el diseño sonoro. La delgadez no impide que la proyección del sonido sea asombrosa. Dentro de la barra de sonido hay tres altavoces que hacen las funciones de canal izquierdo, central y derecho. Cada uno de ellos tiene una potencia de 50 W, a los que hay que unir los 100 del altavoz de graves.

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No es la configuración habitual de la casa. Los proyectores de sonido incorporan una gran cantidad de pequeños altavoces, pero pese a todo se muestra sumamente eficaz a la hora de crear la envolvente de sonido. No la crea como en ocasiones anteriores rebotando las ondas en las paredes, sino mediante un procesador digital llamado Air Surround Xtreme. Cambia la fase del sonido, de manera que el cerebro acaba pensando que procede de otro lugar, con lo que se completa el paisaje sonoro tridimensional con un 7.1 virtual. Para que estas tecnologías de cambio de fase funcionen, resulta crítica la calidad de los altavoces, y en eso la japonesa no ha escatimado ni un céntimo.

El subwoofer se puede colocar también en una estantería, o bajo la barra de sonido. Eso es posible porque tiene el puerto de graves situado en el frontal. Alcanza con holgura hasta los 35 Hz. El receptor dispone de tres entradas y una salida HDMI, así como buen número de ecualizaciones y campos sonoros. Incluso presenta función UniVolumen que equilibra el volumen entre las películas y los anuncios, para evitar infartos. También reprocesan la música MP3 para hacerla recuperar parte de las frecuencias perdidas. Esto es interesante desde el momento en que es compatible con la base para iPod YDS-11, y con el receptor Bluetooth YBA10, ambos también de la japonesa. Cuesta 570 euros.