Comparativa iPad mini vs iPad mini con pantalla Retina

Hace cosa de un año Apple se lanzó al terreno de los tablets compactos, un segmento del que por cierto dijeron que jamás entrarían. Tras el éxito de la primera edición, los de Cupertino repiten, los rumores estaban en lo cierto (una vez más) y el iPad mini fue renovado el pasado martes. El nuevo modelo cuenta con dos novedades de peso que justifican su compra por encima de la del modelo anterior: la pantalla y el procesador. Su nombre, iPad mini con pantalla Retina, deja bien poco a la imaginación. Se trata de una mejora necesaria que fue uno de los puntos más criticados del primer modelo. La pega es que el precio aumenta debido a esta novedad. Pero vayamos por partes, a continuación comparamos los apartados más importantes del iPad mini con pantalla Retina frente al iPad mini normal.

Pantalla y diseño

Estaba prácticamente claro gracias a rumores y filtraciones, pero también era de sentido común. La pantalla Retina por fin ha llegado al hermano pequeño del iPad, una pieza que fue descartada en la primera edición pero que ahora llega para quedarse. Los dos modelos de iPad mini llevan un panel IPS de 7,9 pulgadas, pero en el caso del más nuevo estamos hablando de una resolución de 2.048 x 1.536 píxeles, que se traduce en nada menos que 324 ppi. El primer iPad mini contaba con resolución 1.024  x 768 píxeles y 163 ppi, justo la mitad de densidad que el nuevo modelo. En este caso se trata de una diferencia más que notable, en el primero podemos ver el píxel si nos acercamos, en el segundo la nitidez es tan alta que resulta imposible ver los puntos a simple vista.

El diseño del iPad mini original fue uno de los aspectos más destacados, tanto es así que incluso lo han adaptado al modelo de gran formato con el iPad Air. En este sentido es todo un acierto que hayan mantenido exactamente la misma apariencia sobria y elegante con el iPad mini con pantalla Retina. El aluminio aporta resistencia al conjunto además de darle un toque más sofisticado y también se han mantenido los mismos tonos, combinando blanco y plata y otro en negro y gris espacial. La única diferencia en el diseño tiene que ver con el grosor, que ha aumentado a 7,5 milímetros mientras el modelo original mide 7,2 milímetros, un incremento apenas perceptible y que se debería al cambio en la pantalla.

Cámara y multimedia

El apartado fotográfico se ha mantenido sin un sólo cambio y ambos cuentan con sendas cámaras iSight  con sensor BSI de cinco megapíxeles y lente f/2.4 de cinco elementos. Entre sus funciones encontramos enfoque automático, detector de caras, opción de fotografía HDR y grabación de vídeos FullHD 1080p. En la parte delantera también encontramos una cámara FaceTime con sensor BSI de 1,2 megapíxeles y capaz de grabar vídeos HD 720p.

El perfil multimedia es otro de los puntos que permanece inmutable, pero no sólo entre estos iPad sino también en el resto del catálogo móvil de la marca. La compatibilidad de formatos es un punto algo limitado y hay ciertos archivos que no se pueden reproducir, como por ejemplo los vídeos AVI, un formato muy común. Sin embargo no pone trabas con otros formatos de audio y vídeo muy comunes como pueden ser MP4 , AAC, MP3 y otros. Los dos dispositivos cuentan con una conexión propietaria Lightning, a través de la cual se puede lanzar una señal de alta definición a un televisor o monitor compatible, aunque es necesario usar un cable especial. Asimismo también es posible duplicar la pantalla de forma inalámbrica mediante el sistema AirPlay, pero de nuevo sólo entre dispositivos Apple.

Potencia, memoria y sistema operativo

La potencia es el otro punto diferenciador entre el iPad mini de 2012 y el que acaba de ser presentado. Apple ha puesto toda la carne en el asador y, contra todo pronóstico, han dotado a su tablet compacto con un chip A7 con arquitectura de 64 bits, exactamente el mismo que desvelaron con el iPhone 5S. En comparación al Apple A5 que integra el modelo anterior, estamos hablando de un incremento en la potencia de más del doble, también para los gráficos. Además cuenta con el coprocesador de movimiento M7, que se encarga de medir todos los datos recogidos por los sensores integrados (acelerómetro, giroscopio y la brújula). En defensa del iPad mini más antiguo hay que destacar que su funcionamiento también es muy fluido, en parte gracias a la plataforma iOS.

Con la llegada del modelo con pantalla Retina, Apple ha dejado una sola opción del iPad mini y ahora sólo se puede adquirir en la versión de 16 Gb de capacidad interna. El nuevo modelo es el que sigue ofreciendo más variantes, cuatro en total: 16,32,64 y una de 128 Gb.

En este punto no hay diferencias ya que ambos son compatibles con iOS 7, la última versión lanzada por Apple y que contiene cambios notables con respecto a otras entregas. El nuevo diseño es la novedad más importante, pero también hay otras funciones prácticas como el Centro de Control, la multitarea más intuitiva o el Centro de Notificaciones extendido con más información.

Conectividad y autonomía

Las conexiones también se mantienen en un empate técnico entre los dos modelos de iPad mini, que apuestan por dos perfiles diferentes en cuanto a conexión a Internet: uno sólo con conexión WiFi y otro con opción de conexión a redes 4G o 3G mediante una tarjeta nano SIM. También tienen un puerto Bluetooth 4.0, antena GPS, clavija para auriculares y un puerto Lightning para cargar la batería y transferir datos.

Por otro lado la autonomía de la batería según Apple también se mantiene exactamente igual. Los datos oficiales indican que ambos pueden estar hasta 10 horas navegando con redes WiFi, reproduciendo  música o vídeos. Por el contrario la duración al usar redes móviles se reduciría a nueve horas.

Conclusiones

Apple ha renovado su tableta compacta con dos argumentos de peso: una pantalla el doble de nítida y un procesador el doble de rápido. El modelo original necesitaba una mejora en la pantalla que por fin ha llegado. Lo del procesador no suponía un problema grave, de hecho el iPad mini original va muy fluido. No obstante el chip A7 permitirá la ejecución de cualquier aplicación, por compleja que sea, sin que notemos ningún tipo de ralentización. Estas dos novedades son muy importantes, pero son las únicas que podemos encontrar. El resto de áreas como la cámara, el diseño o las conexiones se han mantenido inmutables (a excepción de la memoria interna y los 0,3 milímetros de diferencia en el grosor). El precio supone un factor decisivo, y es que el nuevo modelo sube hasta 390 euros mientras que el anterior se ha rebajado a 290 euros. El iPad mini con pantalla Retina ya no se sitúa en un rango de precio intermedio sino que se acerca más a lo que cuesta un tablet de gran formato y esto podría impactar negativamente en sus ventas.

Ficha comparativa