El PS50B650 de Samsung es un televisor de plasma de 50 pulgadas, que en realidad parece mucho más grande. El fabricante coreano ha preferido olvidar su actual preferencia por marcos estrechos y minimalistas, y ha dotado a esta pantalla de uno que tiene algo más de 3 cm en los laterales y en la parte superior, y que supera los 5 cm en la parte inferior.  Así pretende dar un aspecto más impresionante al televisor y, de hecho, lo logra. No es un diseño ‘mazacote‘. El televisor sigue pareciendo estilizado, sobre todo gracias a ese bonito acabado de dos capas en el que una primera de cristal más o menos translúcido reposa sobre una segunda a la que supera por los bordes. Como es habitual en los últimos tiempos, no podía faltar un sutil toque rojo en la parte inferior de la pantalla.

El trabajo con las señales de vídeo es bastante bueno, pero destaca especialmente con las imágenes de alta definición. Incorpora ingeniería de 100 hercios, y un nuevo procesador de vídeo DNIe. Por otro lado diversos filtrados electrónicos se encargan de mejorar la separación de bordes, cuidar de la naturalidad de los colores y ajustar los tonos de la piel. Quizá lo más interesante sea la tecnología Ultra Filter Bright Plus, que consiste en una película de plástico negro muy delgado que se le añade el exterior de la pantalla para minimizar los brillos y los reflejos, disparando el contraste casi hasta el infinito. El fabricante, en un ataque de optimismo, dice que llega a 3.000.000:1. Incluso es posible cambiar la luminosidad de las celdillas del plasma. Cuando se calibra la pantalla en la habitación donde ha sido instalada, el resultado es excelente.

La coreana Samsung ha sido muy generosa con la conectividad de este televisor de plasma. En la trasera hay cuatro entradas HDMI, que aquellos con más equipamiento van a agradecer y aprovechar. Pero lo realmente interesante es el lateral donde hay dos puertos USB preparados para conectar dos fuentes a la vez. Puede trabajar con todo tipo de archivos, incluyendo los de vídeo. Y como poca gente va a conectar a la vez dos discos duros, puedes utilizar uno de los puertos USB para un pequeño enlace Wi-Fi con lo que la conectividad con la red local automáticamente será inalámbrica.

La conectividad también se puede hacer mediante un cable ethernet, pero hay muchos hogares en los que esto suponen una complicación. De todas formas no es conveniente renunciar a la red local, y no sólo por la capacidad de reproducir todo tipo de contenidos almacenados, sino también porque es una puerta abierta a unos cuantos servicios de Internet con los que la compañía ha llegado a acuerdos. No se puede acceder a cualquier página, sólo a aquellas que vienen prefijadas, pero la selección es bastante completa, e incluye los álbumes de fotos de Flickr, noticias, información meteorológica, informes económicos, e incluso YouTube. También dispone de biblioteca multimedia, como otras pantallas de la casa. Se trata de una memoria interna en la que se pueden cargar contenidos, aunque desgraciadamente sólamente se pueden descargar los  de la página de Samsung. Por fin, el sonido carece de graves, pero las conversaciones se perciben con mucha claridad. El precio en la calle de está pantalla es de 1.600 euros.