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En Acer han aprovechado la llegada de Windows 7 para anunciar el portátil Acer Aspire 5738 G, equipado con el último sistema operativo de Microsoft. Pero su mayor atractivo es que viene con tecnología 3D. Ha sido fabricado en colaboración con la empresa TriDef, encargada de proporcionar el monitor, el software y las pertinentes gafas polarizadas.

De momento sólo se encuentra disponible en Nueva Zelanda desde el pasado martes 22 de octubre. La firma taiwanesa aún no ha hecho públicas sus intenciones de comercializarlo o no a nivel internacional.


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Los usarios tendrán oportunidad de ver películas o jugar a videojuegos en tres dimensiones. Incluso ofrece la posibilidad de convertir en 3D contenidos estándar bidimensionales, según Acer. El Acer Aspire 5738 DG dispone de una respetable pantalla de 15,6 pulgadas. Si procesador es un Intel Core 2 Duo T6600 a 2,2 GHz con 2Mb de caché. Su recubrimiento especial reduce la necesidad de una tarjeta gráfica separada para procesar el contenido 3D. Así que Acer se contenta con incluir una ATI Mobility Radeon HD 4570 con 512 Mb de memoria dedicada, preparada para reproducir imágnes en alta definición. Lo normal en otros casos hubiera sido emplear algún modelo específico, como la Nvidia 3D Vision. Además del tratamiento especial del monitor, cuenta con el paquete de aplicaciones Acer 3D CineReal y el diseñado por TriDef.

La memoria RAM admite un máximo de 4Gb, mientras que la capacidad de su disco duro alcanza un tope de 320 Gb. En cuanto a conectividad inalámbrica, viene con WiFi 802.11 b/g/n. Acer ha incluido sistema de audio Dolby Surround, para completar la experiencia multimedia. Por otra parte, ofrece un uso convencional. Quien lo desee, podrá consultar su correo electrónico o manejar documentos ofimáticos sin mayor problema y en las clásicas dos dimensiones de toda la vida.

La versión de Windows 7 que está preinstalada como sistema operativo es la Home Premium. Como mencionamos al principio, la única forma de conseguirlo hoy por hoy es desplazarse hasta Nueva Zelanda. En la antigua colonia británica, su precio es de 2.000 dólares neozelandeses. Unos 1000 euros al cambio actual.