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Por si acaso has estado viviendo bajo una piedra (de esas que a los “antimaqueros” les gusta comprar con el iPhone), Apple ha destapado esta semana su última creación. Es el Apple iPad, una tableta con pantalla multitáctil de 9,7 pulgadas, y que podría llegar a España con Movistar. El propio Steve Jobs lo presentó como el eslabón perdido entre el teléfono móvil y el ordenador portátil, pero definirlo no parece tan sencillo. ¿Es un iPhone a lo grande? ¿Un MacBook sin teclado?

Para arrojar un poco de luz sobre él vamos a analizar sus principales ventajas, de modo que podamos descubrir qué lo hace especial. Pero también estudiaremos cuáles son sus puntos débiles, esos que generan tanta confusión (y decepción) entre aquellos que buscan una serie de utilidades específicas que, probablemente, no encuentren aquí.

Ventajas

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Cuando se habla de productos de Apple uno ya sabe que el diseño va a estar cuidado al detalle. O a la falta de ellos, ya que el iPad destaca por su aspecto sobrio pero refinado. Acabado en aluminio, logo de la manzanita y todos contentos. Y además de coqueto sabe cuidar su figura: 680 gramos de peso y 13,5 milímetros de grosor. Puede que no sea un accesorio para llevar encima a todas partes, debido a sus dimensiones en altura y anchura. Pero en cuestiones de movilidad le da un buen repaso a la mayoría de los netbooks.

Con él podremos llevar a cabo las típicas actividades que desempeñamos con un ultraportátil: consultar el correo electrónico, navegar por Internet, leer blogs y prensa online o perder horas y horas contemplando vídeos graciosos en YouTube. El iPad es, además, compatible con todas las aplicaciones para iPhone y iPod que alberga el iTunes AppStore. Dado que emplea sistema operativo propio, tener todas esas utilidades a su disposición (previo paso por caja) le otorga un impulso que nunca habría obtenido partiendo desde cero.

Entre otras cosas, eso garantiza que todas las herramientas estén optimizadas. Al igual que ocurre con su teléfono táctil, da gusto contemplar la suavidad con la que se desenvuelve su interfaz. Manejar sus iconos y herramientas de forma tan sencilla e intuitiva es una gozada para el usuario. Hasta su teclado virtual es bastante cómodo, aunque también se puede agregar uno físico (adquiriéndolo por separado).

Otra de sus bondades reside en su prolongada autonomía. La batería, para variar, no es extraíble, pero con una carga completa puede abastecer al iPad durante un máximo de diez horas. Para uso diario parece una marca bastante razonable. Tampoco es mala cifra para viajes o desplazamientos largos.

Los videojuegos pueden ser una de sus mejores bazas. Apple quiere convertir al iPod touch y al iPhone en consolas portátiles, pero esta tableta tiene a su favor un tamaño de pantalla más seductor. Si los ultraportátiles ya se están poniendo las pilas en cuestiones de rendimiento gráfico y superficies táctiles, el iPad cuenta con la ventaja de que los desarrolladores trabajan con una máquina de características cerradas. Mucho más sencillo a la hora de optmizar sus recursos, aunque está por ver de qué es capaz su engimático procesador A4.

Desventajas

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Por desgracia, no es oro todo lo que reluce. Como indicábamos al principio, el iPad ha creado tanta expectación con sus controlados rumores como decepción ha provocado tras su aparición. Muchos esperaban un invento revolucionario de Apple, y sin embargo se han topado con un dispositivo que muchos, en posesión de un iPhone y un portátil, consideran innecesario.

Durante la keynote, Steve Jobs lanzó su habitual dardo a los PC, declarando que los nebooks no son mejores en absolutamente nada, seguido del clásico aplauso de los presentes. Por desgracia para él, su tablet tampoco es mejor que los pequeños portátiles en muchos aspectos. Porque el iPad no es multitarea. Sólo puede ejecutar una aplicación al mismo tiempo y punto. ¿Necesitas abrir otro programa? Pues a cerrar el anterior.

Con ese handicap Apple garantiza que el sistema no sufra ralentizaciones, pero ni siquiera así está asegurada una experiencia 100% satisfactoria. Y es que el dispositivo vuelve a enfrentarse a los problemas de compatibilidad con Flash en páginas web. Un defecto que ya arrastraba el iPhone, y que aquí tampoco han solucionado.

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Como lector de ebooks parece un producto a tener en cuenta, siempre y cuando uno esté dispuesto a acarrear las imprescindibles restricciones de los de Cupertino. Durante la presentación de iBooks, su nuevo software de lectura digital, nos extrañaba que acogiesen un formato abierto como es el ePub. Obviamente había gato encerrado: la protección DRM que llevan los libros impiden que puedas leerlos en otro dispositivo que no sea el iPad.

También se echa de menos una cámara web integrada. La posibilidad de establecer videoconferencias mientras uno se encuentra fuera de casa es uno de los grandes atractivos de los netbooks. Posibilidad de la que el iPad carece por completo. El navegador GPS podría hacerle ganar enteros, pero éste sólo está incluido en el modelo con 3G.

Y en cualquier caso, aunque la conectividad inalámbrica parece bien cubierta, el resto de puertos dejan que desear. No dispone de ranura para tarjetas de memoria, algo que vendría muy bien en un aparato que, en el mejor de los casos, se queda en 64 GigaBytes de almacenamiento (desembolsando 700 dólares). Para transferir datos por USB o sus salidas de vídeo hay que comprar adaptadores y cables específicos de Apple.

Conclusión

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Cuando surgió el iPhone todos los fans y no fans de Apple sabían que estaban ante algo distinto. Creó tendencia e inmediatamente se colocó a la cabeza en su categoría. A día de hoy todavía es un referente y uno de los favoritos entre los consumidores, pese a que apenas ha evolucionado desde entonces.

Con el iPad la historia ha sido inversa. Asus golpeó primero con su Eee PC, y todos los fabricantes se apresuraron a plantarle cara lo antes posible. Apple, sin embargo, ha esperado dos años para ofrecer su respuesta, cuando los ultraportátiles ya están por todas partes. Su idea de introducir un tercer dispositivo entre el smartphone y el portátil no cuaja, porque donde realmente se sitúa es entre el smartphone y el netbook.

Sí que puede representar una suculenta alternativa a los actuales lectores de ebooks. Aunque la diferencia de precio es un factor a tener muy presente, a cambio obtenemos un accesorio mucho más versátil y potente. Y es que tampoco puede obviarse lo atractivo y tentador que a simple vista resulta el iPad, aunque parece satisfacer más caprichos que necesidades.