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La coreana LG acaba de confirmar que venderá televisores 3D con tecnología pasiva en el Reino Unido. Se convierte así en el primer fabricante que apuesta por esta tecnología. Estas pantallas muestran una imagen tridimensional, pero en lugar de utilizar gafas de obturación activa, emplean unas gafas polarizadas sencillas, como las que se reparten en los cines. La fabricación de estos televisores es además mucho más sencilla. La coreana en principio no pensaba ofrecer estas pantallas alconsumidor de a pie. Quería romper el fuego dotando de pantallas al gremio de la hostelería.

LG había apalabrado un contrato por 15.000 pantallas con el operador Sky, para su distribución en todos los pubs del país, pero al final el trato ha quedado en humo. Como consecuencia, LG ha tomado la decisión de venderle las pantallas directamente al público, con el reclamo de que es una tecnología más barata y más sencilla, pero que es compatible con los reproductores Blu-ray 3D actuales, y también con las futuras emisiones que están preparando los operadores británicos de televisión Sky y Virgin.

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La estrella de la velada es el LG LD950. Se trata de un televisor de 47 pulgadas, con panel de alta resolución, y un precio bastante ajustado. Esto es posible porque no incorpora algunos de los últimos inventos de la casa, como la retroiluminación por leds.  Para la creación de su televisor la casa ha preferido utilizar un sistema tradicional. Este modelo incorpora sensores inteligentes que miden la luz ambiental, y que cambian los parámetros de imagen de la pantalla para ofrecer un visionado más cómodo. También influye la tecnología de 200 Hz.

De igual manera, incorporar cuatro conectores HDMI de última generación, y dos puertos USB que permiten la conexión inalámbrica con redes domésticas, a la par que son capaces de reproducir todo tipo de contenidos, como fotografías, musica MP3, o películas en DivX de alta definición. El sonido no va a ser uno de los puntos fuertes de esta pantalla, que como viene siendo habitual en este fabricante, incorpora altavoces de reducido tamaño, y prácticamente invisibles en el diseño del marco del aparato. Probablemente su mayor virtud reside en las gafas. La tele viene con cuatro pares, aunque con la tecnología 3D pasiva el problema no son las gafas, que vienen a costar menos de un euro frente a los más de 100 € de las gafas activas.