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Los auriculares cerrados tienen muchos defensores. Dan un sonido con graves más potentes que los auriculares abiertos. Un buen ejemplo de este tipo de auriculares son los Around Ear de Bose. Son capaces de ofrecer un sonido detallado y ligero pese a ofrecer unos graves potentes. En este caso, hay una gran cantidad de detalles en todo el rango de frecuencias. Por eso hay gente que los utiliza para enchufarlos a un ordenador, al teléfono móvil, o a un reproductor de música; ciertamente las posibilidades son infinitas. De hecho, no hay problema en llevarlos por la calle, porque no aíslan del todo del ruido ambiente.

La tecnología incorporada en estos auriculares logra que el oyente olvide que está usándolos. Así, la presencia sonora es muy similar a la de cualquiera de los altavoces de la casa. Además, te olvidas porque son sumamente cómodos. Tienen un diseño ergonómico, que unido a su ligereza hace que puedas llevarlos durante horas sin molestias y sin que interfieran con la música. Las copas tienen incluso una ligera angulación, que hace que se coloquen mejor sobre los pabellones auriculares, sin que la diadema dé sensación de inseguridad.

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Detrás de la calidad de sonido de estos auriculares se encuentra un sistema de ecualización específico de la casa, que despierta la riqueza de la música en todos los rangos de frecuencias. Resultan adecuados para todos los estilos musicales, desde los más modernos, hasta los más clásicos, pero especialmente para el rock. De hecho, también se manejan perfectamente con las voces complejas como en la ópera. La estructura de tipo Triport ayuda a enriquecer el sonido sin emborronarlo, y sin que haya frecuencias que tengan mayor presencia que otras. El sonido es tan completo, que no hace falta utilizar esos sistemas de mejora de los graves que traen serie muchos reproductores MP3.

Al final, todo el montaje se reduce a 148 gr. Con almohadillas suaves y comodas que no oprimen, y una diadema que permite un ajuste de hasta 7,6 cm. No hay cabeza que se le resista, ni las más grandes ni las más pequeñas. Como muchos usuarios van a sentir la tentación de llevarlos puestos por la calle, de serie vienen con una pequeña bolsa que facilita a su transporte cuando no se están usando. Cuestan 150 euros.