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Para la competencia, lógicamente, tiene que haber sido un trauma el encontrarse con que Denon haya sacado a la calle este amplificador a finales del año pasado. Un autentico problema, porque el AVC-A1HD es una máquina capaz de ofrecer hasta siete canales de sonido de 150 watios, con una calidad hasta ahora no vista en ese rango de precio. De hecho, suena muchísimo mejor que algunos amplificadores mucho más caros, y eso desarma a cualquiera. Es la típica máquina que la competencia debería escrutar con lupa para aprender cómo se deben hacer las cosas.

Es un amplificador de cine. De eso no hay duda, pero parte de una filosofía distinta. La construcción es de esas cuidadosas, exquisitas bien pensadas y balanceadas que se emplean para los equipos de sonido de bandera. Tienen 6 transformadores, 15 fuentes de alimentación, y un gigantesco transformador toroidal. Todo ello, para que quede perfectamente asegurado el suministro eléctrico de cada uno de los siete amplificadores de sonido que alberga en su interior. Se trata no sólo de que tengan corriente. Se trata de que la tengan en cantidades suficientes, y en todo momento incluso en esos picos exigentes de música y sonido que dejan a otros amplificadores en la cuneta y jadeando.

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La construcción del equipo es sorprendente. Es una máquina muy grande, acabada en metal grueso por todas partes, creada para evitar todas esas vibraciones insidiosas que se mueven en el interior de los equipos de música estropeando el sonido. Por chasis que no quede. El panel de conexión para altavoces es bastante completo pero a la vez flexible. Permite colocar altavoces para segundas zonas, alimentando los únicamente cuando lo desea el usuario. Por cierto, todo eso es posible, porque el amplificador incorpora además un excelente cerebro electrónico. Tiene tres procesadores de 32 bits, uno para los datos digitales, otro para el sonido envolvente, y un tercero para los modos de sala THX. Detrás de esa inteligencia hay un músculo de atleta compuesto por seis convertidores DAC 24-bit/192kHz Burr-Brown. Además hay un convertidor adicional a la inversa, esto es de analógicoa  digital, que se encarga del trabajo con fuentes analógicas.

La misma capacidad de cálculo y de representación del sonido que se utiliza para separar cada una de las notas de cada uno de los elementos de la orquesta, se utiliza para individualizar las consecuencias de cada uno de los disparos en un tiroteo y el sonido no se emborrona. Se oye el disparo, el chasquido de la corredera, el casquillo que rebota en el suelo, el silbido de la bala, el rebote. Todo ello a una enorme velocidad pero perfectamente separado y con claridad y realismo. Y por cierto, las voces se salen. El mismo cuidado se pone en el reescalado de las fuentes y en la representación de los colores. La conectividad es soberbia. 6 HDMI, WiFi, DLNA, 4 zonas, Dolby TrueHD y DTS-HD… Habrá quien se escandalice, y quien piense que estamos locos, pero por 6.000 euros, este amplificador es una ganga.