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Este altavoz resulta adecuado para sistemas de megafonía, ya que puede utilizarse con igual aprovechamiento en instalaciones de interior y en exteriores. Tiene un diseño acabado en plástico de alta resistencia, capaz de aguantar el deterioro provocado por situaciones atmosféricas adversas. Cada unidad pesa casi 11 kilos.

El Bose FreeSpace 51 es capaz de producir un sonido con presencia, independientemente del lugar donde se le coloque. En todo caso, se va a sentir a sus anchas en piscinas, zonas de paso, pero sobre todo en zonas ajardinadas, donde puede perfectamente camuflarse con la vegetación. Ni siquiera hace falta colocarlo a cubierto de la lluvia, porque es impermeable.

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Estos altavoces tienen un cono de cuatro pulgadas y cuarto, colocado de tal manera que dispara el sonido hacia abajo, aunque la caja tiene un diseño radial, capaz de crear un anillo horizontal de sonido de 360° con una dispersión vertical de 50°. Va a trabajar todos los días del año, con lluvia o sin ella, e incluso con temperaturas casi polares. También ha pasado test de resistencia de sal y nieblas.

El fabricante recomienda alimentarlo con amplificadores de entre 10 y 100 W. Puede trabajar con impedancias de 4 y de 8 ohmios, y es posible empotrarlo pero también colocarlo directamente en el suelo. La pareja de estos altavoces que resaltan además de por su resistencia por su capacidad de reproducción de graves y de medios, cuesta 620 euros.