¿Pero quién es Elmer Presslee? Fácil, es un diseñador que quizá descubrió su vocación en cualquier feria de Missouri (por poner un caso…) mientras traumatizaba su infancia en cualquier Casa del Terror. El impacto de la imagineria que allí se daba cita fue tal que en lo venidero dedicaría su vida a los motivos siniestros y gore, en general. Más allá de especulaciones, esta historia ficticia bien podría valer para justificar una de sus últimas ocurrencias: el Monster Stroller.

El Monster Stroller no es otra cosa que un cochecito de bebé con una forma muy peculiar: Representa una cabeza de cíclope iracundo, sangrante y gingivítico. Ideal si somos el tipo de padres que quieren causar pesadillas recurrentes a sus hijos de por vida, o si somos el batería de Iron Maiden, por poner otro ejemplo. El Monster Stroller tiene todos sus detalles cuidados. Al frente de este vehículo del horror, un ojo (uno, sólo uno) observa la vía con una penetrante y sanguinaria mirada. El asiento no es otro que la cabidad cerebral (sí, cerebral), forrada con confortables sesos de gomaespuma. Eso sí, un pedacito de la masa encefálica (el lóbulo frontal, por ejemplo) ha sido aprovechado a modo de volante para que nuestro bebé pueda elegir la dirección a tomar, dirección que, por supuesto, el ojo (insistimos, el único que hay) marcará a la par que lo decida el pequeño conductor.

Sin duda, este artículo de humor negro, negrísimo, hará las delicias de las generaciones de góticos, emos, y siniestros varios que con los años vayan creciendo sin dejar sus convicciones estéticas en el trastero de la madurez. Para más información se puede recurrir a la web del autor, en la que además se pueden consultar otros artículos diseñados por este artesano de lo estrafalario.

Vía: Technabob