El amplificador integrado RA-04 de Rotel es una de esas piezas de equipamiento de sonido que mejoran conforme pasa el tiempo. Es un equipo capaz de ofrecer 80 W de sonido con una respuesta muy lineal que va de los 10 a los 40.000 Hz. Es sorprendente, sobre todo si tenemos en cuenta que sólo cuesta 400 euros. Pertenece a la aclamada serie 6 del fabricante, un intento de acercar el audio de calidad a clientes con presupuestos reducidos. En este caso, el ahorro se produce en la falta de mando a distancia.
Éste es un aparato curioso, que según los expertos suena incluso mejor que su hermano mayor, el amplificador RA-05 que cuesta casi 200 € más. Tiene cuatro entradas de línea, y una de fono para cápsulas de imán móvil, y es que el vinilo no se pasa de moda. De todas formas es un equipo acorde a los tiempos modernos, y por eso tiene una entrada donde conectar un reproductor multimedia MP3. Su aspecto externo no es demasiado alentador. El acabado es pulido, limpio, discreto, pero muy parecido a otros muchos productos del mercado. Por suerte el interior es distinto.
Si levantáramos la tapa del RA04 enseguida nos daríamos cuenta de que tiene una placa de circuito impreso de diseño simétrico donde los trayectos de señal han sido aportados al máximo para evitar interferencias que la calidad y la fidelidad del sonido se mantenga. Se han empleado resistencias de película metálica diseñadas por un especialista británico, y otras resistencias de bajo nivel de ruido estadounidenses. El transformador toroidal y la fuente de alimentación son mérito de la propia Rotel, que además ha incorporado en la carcasa protección electrónica para evitar accidentes con las cajas acústicas.
Todo está tan pensado que incluso disponen de un puerto de 12 V para un arranque remoto. También tiene dos juegos de salidas de altavoz, con lo que puede sonorizar dos habitaciones a la vez. Quien quiera complicar la instalación, en la trasera encontrará una salida de grabación y otra de previo. En el frontal, además de la rueda de volumen, destaca otra que permite elegir entre uno u otro juego de altavoces, e incluso ambos a la vez. También hay otras ruedas para controlar los graves y los agudos, aunque no es necesario porque los ingenieros de la casa ya han afinado suficiente el aparato. Por suerte han incorporado un botón que desactiva los controles de tono. Suena bien y ofrece prestaciones. Es una lástima que tenga el aspecto de un amplificador que sólo cuesta 400 euros.
