La Samsung WP10 es una cámara compacta muy estrechita que es apta para llevarla a la playa y a la piscina. También sirve de compañía durante los fines de semana lluviosos. Lleva un recubrimiento de 3M que la protege de las salpicaduras (waterproof). Asimismo está protegida contra el polvo. Esto se completa con un modo específico para tomar escenas en lugares cercanos al agua, que amortigua los molestos reflejos de luz existentes en dichos ambientes.
La memoria interna dispone de una capacidad de unos 20 MB, aunque admite tarjetas de memoria SD de hasta 2 GB y SDHC de hasta 32 GB. El objetivo está fabricado por la propia Samsung y equivale a un 35-135 mm en fotografía tradicional. El zoom óptico es de cinco aumentos, y la apertura es de 3,6-4,8. Con relación al estabilizador de imagen es de tipo digital, y el sensor de imagen es un CCD de 1/2,33 pulgadas, que ofrece una resolución efectiva de 12,2 megapíxeles.
La pantalla LCD-TFT en color es de 2,7 pulgadas, y el flash integrado tiene un alcance de 0,2 a 3 metros en gran angular. Si el usuario quiere puede apagarlo, o bien fijarlo en automático, en automático con reducción de ojos rojos, en flash de relleno, en sincronización lenta o en eliminación de ojos rojos.
Esta cámara mide 93,8 por 61 y por 18,5 milímetros, y pesa 121 gramos sin batería ni tarjeta de memoria. Además integra un micrófono mono, un altavoz mono y un puerto USB 2.0 y una salida A/V. Guarda el vídeo en formato MP4 (H.264) y el audio en WAV. En cuanto a las fotografías, utiliza los formatos JPEG, EXIF 2.21, DPOF 1.1 y es compatible PictBridge 1.0. La Samsung WP10 cuesta 200 euros.
