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Si hay algo que parece estar completamente anestesiado en el campo de los intraauriculares es la capacidad de sorpresa. Pero viendo estos Sony Qlasp comprobamos que nos equivocamos. En lo técnico, los Sony Qlasp no presentan ninguna innovación ni avance que aporte distinción a su sonido. La gracia de los Sony Qlasp reside en su diseño, que sin ser revolucionario o rompedor, desde luego hace difícil dejar de mirarlos (ya sea para bien o para mal).

Es posible comprarlos desde la web de Sony por unos 25 dólares (unos 19 euros, al cambio actual), lo cual es de aplaudir, ya que al menos no son unos dispositivos caros (al contrario de lo que nos tiene acostumbrados el fabricante japonés).

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Los Sony Qlasp están disponibles en cinco combinaciones de colores: negro, marrón, rosa, azul y amarillo. Además del diseño cromático con que han sido concebidos estos Sony Qlasp, destaca un punto de su estructura: consiste en un clip que tiene como cometido engancharse en el lóbulo de la oreja. Como suena.

La idea es que estos Sony Qlasp sirvan al usuario urbano que hace skate o algún otro deporte que se disfrute más con su artistas favoritos tronando en sus oídos. Con vistas a que los Sony Qlasp no se caigan por la práctica de una actividad movidita, éstos incluyen el citado clip, que pretendería que los auriculares no acabaran en el suelo (o entorpeciendo al usuario) en caso de que se desprendan de los oidos.

Pese a que la idea es, cuanto menos, curiosa, dudamos que la ejecución de su utilidad resulte cómoda. Máxime si el usuario lleva uno más piercings, en cuyo caso hacer uso del clip de los Sony Qlasp podría acabar incluso en desgracia para la integridad física de sus orejas.