Con el nuevo Living Box HR500, LG ha querido dirigirse a un público que busca calidad y soluciones pero sin complicaciones. Gente capaz de comprar equipos multimedia como éste que combina un lector de discos Blu-ray con un doble sintonizador de TDT HD y con un disco duro de 250 GB donde almacenar contenidos. Por cierto, está dotado de sólidas capacidades multimedia.
Por desgracia, la simplicidad tiene también sus inconvenientes, y uno de los más notables se halla en el campo de la conectividad. Por ejemplo, tiene un euroconector que sólo es de salida. De igual manera, sólo tiene salida de audio digital coaxial, en lugar de la óptica. Por fin, y esto es mucho más grave, no tiene ranura para tarjetas de memoria. Dicho de manera sencilla, adiós a la televisión de pago, porque no hay dónde introducir las famosas tarjetas.
Por lo demás, éste es un equipo sólido y bien construido, acabado en tonos oscuros, y que ha cuidado con esmero el aspecto exterior. Quizá más que las prestaciones. El frontal presenta un aspecto muy despejado, y tiene cinco botones de control y reproducción. Gracias a su doble sintonizador de alta definición es posible ver un canal mientras se graba otro, pero es lo único para lo que se puede usar el disco duro. Además tiene una conexión USB situada en el frontal que reproduce contenidos desde unidades portátiles de memoria o discos duros. También se puede utilizar para grabar
Dentro de la batalla por la simplicidad, hay que reconocer que la casa ha acertado en el diseño de la interfaz de manejo. Es sencilla, es intuitiva, y hace que algunas tareas como acceder a las grabaciones del disco o llenarlo con programas grabados sean sumamente sencillas. Además el mando a distancia ayuda con su poco peso a la colocación acertada de los botones. Por fin es un buen reproductor multimedia capaz de reproducir los formatos más populares como por ejemplo mkv. Si combinamos estrecho con su capacidad de conectarse a redes mediante Wi-Fi, ya tenemos la ecuación completa. Este equipo cuesta 500 euros.
