Cuando el modelo NX10 salió a la calle, provocó el asombro de la crítica, y lo mismo está ocurriendo con su sucesora, la nueva cámara de fotos reflex de objetivo intercambiable NX11. Pudiera parecer que con este aparato los de Samsung pretenden ejercer una cierta continuidad, y así es en algunos aspectos, por ejemplo en la usabilidad del aparato. En otros, vamos a encontrar notorias mejoras, por ejemplo el diseño de la empuñadura, que origina una postura más cómoda y más natural.
El fabricante resalta sobre todo la compatibilidad con la nueva familia de objetivos i-Function, ópticas muy sencillas de manejar y que favorecen el uso natural la mano izquierda que con la invención del enfoque automático, ha perdido algo de protagonismo. Con esta mano se pueden llevar a cabo diversos cambios en los ajustes, todo ello gracias a un botón incorporado en el propio objetivo. De esta manera, el fotógrafo no tiene por qué perder de vista la escena que está fotografiando. Hay un tercer ejemplo de facilidad de uso en el sistema de menús, que ayudan a cambiar rápidamente entre las diversas funciones como la apertura, el balance de blancos, la sensibilidad, etcétera. Todo ello gracias al botón i-Function y a los anillos colocados en los objetivos. La ya veterana NX10 es compatible con estos objetivos tras la última actualización del firmware.
La composición de las fotos es muy eficaz gracias al visor electrónico situado al nivel del ojo, una pequeña pantalla VGA 640 x 480, que puede resultar suficiente para los fotógrafos de la vieja escuela. Los más modernos estarán encantados con la inclusión de una pantalla AMOLED de tres pulgadas, con colores magníficos, y que permite componer imágenes incluso a la luz del mediodía. Tiene prioridad de objetivo que aprovecha la comunicación entre la cámara y la lente para que el cerebro del aparato saque el máximo partido de cada uno de los objetivos obviando sus limitaciones.
Con respecto a la calidad fotográfica, esto es una cámara casi profesional con un sensor APS-C CMOS de 14,6 megapíxeles, que tiene una superficie de trabajo de 15,6 × 23,4 mm. Es un aparato capaz de tomar panorámicas con un solo barrido. Basta apretar el disparador y mover la cámara, que se encarga del resto sin empalmes. También puede tomar vídeo a 720p. Por fin, dispone de un sistema de enfoque de 15 puntos. Por cierto, una decisión discutida por algunos pero bien acogida por otros. El sistema de estabilización se ha sacado del cuerpo de la cámara para hacerlo residir en el objetivo. Quien quiera estabilización, que la pague en el objetivo. La cámara estará disponible a partir del mes de abril por un precio cercano a los 500 euros.
