La ST30 de Samsung es una cámara bonita y muy compacta, que pese a sus dimensiones reducidas tiene muchas de las últimas tecnologías del fabricante coreano. Uno de esos modelos que se llevan en el bolsillo para hacer fotos rápidas, para no perder esa imagen única y mágica, pero que muchos usuarios utilizan como cámara principal debido a sus dimensiones y a su alta calidad.
No mayor que un teléfono móvil, se puede llevar en el bolsillo del pantalón o en un bolso, y tiene un acabado en metálico disponible en colores como plateado, negro, lila, lima y rosa. Es fácil llevar una cámara que combine con el estado de ánimo, y casi con la corbata. Este aparato tiene un sensor de 10 Mpx, que capta las imágenes a través de un objetivo gran angular de 28 mm con tres aumentos. Muchas de las mejores fotografías clásicas se han hecho con equipos más sencillos.
Entre las muchas tecnologías que integra se halla el sistema de estabilización de imagen digital que ayuda a obtener fotografías bien definidas en cualquier circunstancia. El sistema de enfoque automático inteligente permite hacer fotos rapidísimas por impulso. Pero aún carga más inteligencia. Dispone de un sistema de corrección de ojos rojos.
Como es habitual en las cámaras de última generación, tiene reconocimiento facial, y detección de parpadeos y de sonrisa, para que todo el mundo salga en las fotos con los ojos abiertos. Incluso tiene un filtro especial que hace que los tonos de la piel sean más homogéneos, a la vez que aplica un suave maquillaje digital que quita imperfecciones y manchas oscuras. Por fin, incorpora un modo específico para autorretratos. Todo esto en un aparato que cuesta 100 euros.