Aunque el nuevo iPhone 4S, para decepción de muchos, no presenta grandes cambios respecto a su antecesor, e incluso el diseño es exactamente el mismo, a nivel de hardware si hay algunos detalles novedosos. Uno que sin duda es muy interesante es el rediseño de la antena, que debería acabar con los problemas que tenía su predecesor.
Por más que Apple se negase a reconocer el fallo de forma oficial, la inmensa mayoría de los usuarios sí se hicieron eco del fenómeno conocido como AntennaGate. Básicamente, la disposición de las dos antenas del iPhone 4 – una para las funciones puramente telefónicas al final del cuerpo y otra para GPS y Wi-Fi en la parte superior – hacía que en determinadas posiciones o posturas al usar el móvil y envolverlo con la mano se perdiera toda la cobertura. Un pequeño fallo de diseño imperdonable en un terminal que pretendía ser lo mejor en su momento.
Como respuesta a todos los problemas generados por el AntennaGate, los de Cupertino han optado por hacer algunas modificaciones que deberían solucionar el tema en el iPhone 4S. Para empezar la antena destinada al GPS y el Wi-Fi pasa a estar situada en la parte trasera del smartphone. Y manteniendo la antena de la parte inferior, se añade otra también para las funciones relacionadas con la telefonía e Internet en la parte superior. Según Apple el iPhone 4S es el primer terminal con dos antenas capaz de decidir cuál usa en cada momento en función de la señal que tenga, además de poder usar las dos indistintamente para emitir como para recibir.
Con estas antenas situadas en el anillo de la carcasa, será mucho más difícil tapar ambas antenas al coger el terminal de cualquier forma. Por tanto el nuevo iPhone dispondrá de una diversidad espacial en términos de cobertura que al menos en teoría, hará que no se repitan los problemas que hubo con el iPhone 4.
