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Ya hay quien ve con ojos de enamorado a los proyectores como dignos sustitutos de las pantallas de televisión. Y no es para menos. Pero aún hay un sector al que le echa para atrás la inversión inicial y periódicas que requiere un cañón de este estilo, dado que las bombillas hay que sustituirlas cada año y medio más o menos (dándole el mismo uso que a un televisor, se entiende), y el precio de estas fuentes lumínimas alcanza cotas sorprendentes. Pero eso podría acabarse gracias al proyector LG HS200.

La peculiaridad de este LG HS200 es que la luz que actúa de proyector es LED, y gracias a ello el ahorro en el rendimiento, tanto de energía como de esfuerzo, garantiza una autonomía de 30.000 horas, lo cual implica casi tres años y medio de uso.

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No es ésta la única ventaja del LG HS200 respecto a otros proyectores. Además de su atractivo diseño y su liviano peso (no llega a un kilo), este cañón proyecta imágenes con un contraste de más que respetable 2.000:1, apoyado por un sistema de corrección de color y una potencia lumínica de 200 lúmenes ANSI. Por otro lado, la conexión para enchufarle un dispositivo de alta definición a través de HDMI 1.3 le dará más nitidez a las imágenes, pero no las traducirá en alta definición, ya que a resolución de este LG HS200 no pasa de SVGA.

La autonomía de este cañón no está sólo en la vida de la bombilla, sino en la capacidad de reproducir formatos. El LG HS200 permite conexiones de dispositivos externos por USB y ofrece la posibilidad de reproducirlos sin un dispositivo intermedio. Es decir, si le conectarámos un disco duro por USB y quisiéramos reproducir un archivo de vídeo DivX, de imágenes JPG o de música en MP3, sería posible sin ningún problema.

A pesar de la baja resolución del LG HS200, no deja de ser un proyector interesante a nivel de prestaciones y precio, ya que puede ser nuestro por 499 euros.

Vía: Xataka