Samsung ha comenzado a fabricar sus unidades de estado sólido de gran capacidad y alta velocidad. Estos dispositivos, conocidos por el acrónimo de SSD, son los que están empezando a sustituir a los habituales discos duros en portátiles, ordenadores de sobremesa y hasta en consolas de videojuegos. Son más rápidos, ligeros, resistentes, eficientes, silenciosos… y, de momento, también mucho más caros.

Hasta ahora, el fabricante coreano disponía de modelos de gama alta con hasta 128 gigabytes de capacidad. No obstante, esta nueva memoria duplica ese espacio de almacenamiento alcanzando los 256 gigas, que hasta el momento es el máximo al que han llegado estas unidades. Cabe esperar que, al menos por ahora, sólo se dejen ver en ordenadores de primera línea, con un considerable aumento sobre el precio final.

Pero no sólo han ampliado el volumen para guardar archivos. Al mismo tiempo han mejorado ostensiblemente su rendimiento. Este SSD puede leer datos a una velocidad de 220 megabytes por segundo y escribir a 200 megas por segundo. Para hacernos una idea, con él podríamos ejecutar un programa diez veces más rápido que con el típico disco duro en un portátil. O transferir diez películas de alta definición en tan sólo 21 minutos, cuando esa misma operación con un disco tradicional llevaría unos 70 minutos.

Tienen menos de diez milímetros de grosor y apenas pesan unos 80 gramos, por lo que su influencia sobre las dimensiones de un equipo portátil es mínima. Por si fuera poco, el consumo energético es muy inferior a una unidad de disco. Lo que sí será muy superior es su precio en el mercado. Aunque Samsung no ha revelado aún cuál es su coste definitivo, lo mínimo que podemos esperar es un aumento de 450 ó 500 euros sobre el precio habitual de un ordenador.

Vía: Engadget