Es el estigma de todo ordenador pensado para los amantes del videjuego: un precio desorbitado. Y sucede tanto en modelos de sobremesa (ahí está el Acer Aspire Predator) como en portátiles, tal y como vemos en este Asus W90. Y es que este monstruito de 18 pulgadas aterrizará en España a mediados de marzo por nada menos que 3.200 euros. Una cifra que ya de por sí indica que no estamos ante un portátil cualquiera.

En la línea de otros portátiles de pantalla grande, es en primer lugar un equipo pensado para la alta definición. Su pantalla de 18,4 pulgadas puede reproducir vídeo a 1920 x 1080 píxeles, ya vengan de su disco duro de 640 GB (dos unidades de 320 GB a 7200 rpm) o de su lector de discos Blu-ray. Por supuesto, cuenta con salida HDMI para televisores delgados, junto con conexiones más habituales como cuatro puertos USB, un FireWire, un conector eSATA, un lector de tarjetas de memoria o el puerto Ethernet.


Nada que no encontremos en otros portátiles de gama alta, como las familias Acer Gemstone Blue y HP HDX, que ya tienen un precio alto, pero no tanto como este Asus W90. El resto del desembolso se justifica por factores como la potencia y la gráfica. Para empezar, lleva un Windows Vista de 64 bits, necesario para leer sus 6 GB de memoria RAM (DDR2 a 800 MHz). Como procesador usa un Intel Core 2 Duo T9600 a 2,8 GHz. Bastante avanzado, pero se queda en nada cuando miramos la gráfica.

Y es que el Asus W90 es uno de esos ordenadores con gráfica dual: dos tarjetas ATI Mobility Radeon HD 4870, que proporcionan de forma conjunta 1 GB de memoria exclusiva para vídeo (el doble de lo que ofrecen los portátiles de Acer y HP anteriormente citados). Un motor gráfico que consigue una puntuación de 15.000 en 3DMark06, que es el test preferido por la industria para medir la capacidad de renderizado de una tarjeta. No es la puntuación más alta, pero prácticamente dobla a la de un sistema bien dotado como el Fujitsu-Siemens Amilo GraphicBooster.

La carcasa trasera está hecha de aluminio pulido, y el equipo lleva seis altavoces integrados firmados por Altec Lansing, incluyendo un subwoofer para los tonos graves. Además, incluye una función llamada Turbo Gear, que permite aumentar en un 25% su rendimiento como máquina (una práctica que se conoce como overclocking, y que no está exenta de riesgos para los componentes internos). Entre tantas prestaciones poco habituales, también encontramos otras mucho más cotidianas, como las conexiones Wi-Fi y Bluetooth o la cámara web de 2 megapíxeles.

Con todo, el precio no es el único inconveniente del Asus W90. Para empezar, pesa más de 5 kilos. Es cierto que este tipo de portátiles, pensados más para la movilidad dentro del hogar que fuera de ella, siempre tienen pesos altos. Pero aún entre ellos el Asus W90 destaca notoriamente por encima de la media, que está en poco más de 4 kilos. Por último, tenemos que hablar del ruido que hará al funcionar, debido al sistema de refrigeración necesario para que semejante máquina no se sobrecaliente.

Con todo, no dejan de existir usuarios interesados en este tipo de máquinas. El problema es que muchos de ellos al final acaban optando por comprarse los componentes internos y montarlos en una torre de sobremesa, que sale bastante más barato que este Asus W90, incluso recurriendo a tarjetas más avanzadas.