Servidor multimedia, grabador de vídeo, sintonizador de TDT… Es el Blusens Blu:brain, la apuesta de esta empresa gallega para el “hogar conectado”. El objetivo es proponer un único dispositivo que almacene y distribuya los contenidos audiovisuales a todos los equipos de casa, desde el televisor hasta el teléfono móvil, pasando por los ordenadores personales.

Se presentó previamente en el CES 2009, ahora hemos tenido la oportunidad de verlo y probarlo, en las instalaciones de la compañía en Santiago de Compostela.

Muchas son las aplicaciones de este sistema de entretenimiento doméstico. Entre ellas, la de servidor y reproductor IPTV, que permite sintonizar la televisión a través de banda ancha y posibilita el streaming de vídeo desde la red. También tiene dos receptores de televisión digital terrestre, preparados para las emisiones de alta definición. Lástima que no haya nada en nuestro país de momento. Al tratarse de un sintonizador doble, el usuario puede ver un canal mientras graba en formato MPEG-4 la programación de otro.

El invento también funciona como un reproductor de medios y es compatible con los formatos más populares que encontramos en Internet. Funciona con códecs como H.264, MPEG-4, MPEG-2 o XviD, además de archivos contenedores como el cada vez más extendido Matroska.

Para almacenar tanto esos ficheros como las grabaciones de la tele, el equipo vendrá de serie con un disco duro de 160 gigabytes. En caso de resultar insuficiente, no será dificil sustituirlo por una unidad de más capacidad, o conectar otras adicionales de forma externa.

Porque, aparte de su práctico lector de tarjetas de memoria Secure Digital, lleva dos puertos USB. Los dos son del tipo host, lo que quiere decir que es posible conectar otros discos duros externos. Incluso puede tener acceso a un servidor NAS a través de la red local. En este primer modelo del Blu:brain (ya hay una segunda versión en marcha, de la que os hablaremos a continuación) los contenidos se transmiten a través de cables, usando su interfaz Ethernet para conectarlo a otros dispositivos. O a través de la red inalámbrica Wi-Fi, lógicamente más cómoda, pero que cuenta con el handicap del alcance e intensidad de su señal.

Ahí es donde entra en escena la segunda versión del Blu:brain, que añadirá tecnología Power Line para la transmisión de datos a través de la línea eléctrica. Proporcionada por la compañía Gigle Semiconductor, aportará dos ventajas. La primera es que no requiere ningún tipo de instalación, pues aprovecha el cableado que ya tenemos en casa (basta con enchufar y listo). La segunda es que puede conseguir tasas de transferencia de hasta un gigabit por segundo, suficiente para nutrir a los diversos televisores y aparatos del hogar con imágenes de máxima calidad. Sólo una pega con esta tecnología. A veces no va bien si hay varias fases en la casa y también puede tener interferencias con otros equipos eléctricos de la casa.

Puesto que el hábitat natural para ubicar el Blu:brain será el salón, no le faltan varias conexiones de vídeo para conectarlo directamente al televisor familiar. De entre ellas sobresale la salida HDMI específica para las señales de alta definición, aunque también cuenta con una de entrada para otros dispositivos (una videoconsola de última generación o un reproductor Blu-ray). Le siguen las habituales salidas de vídeo por componentes o S-Video, así como las de audio estéreo y óptico.

Cabe destacar que el Blu:brain no lleva ningún tipo de ventilador, por lo que su nivel de ruido mientras está en funcionamiento pasa prácticamente nulo (apenas el del disco diuro. Además, el modelo definitivo conseguirá reducir un 30% su tamaño con respecto al prototipo que aparece en las imágenes, así como disfrutará de un diseño algo más vistoso.

Y aquí es donde encontramos uno de los grandes fallos de este modelo. Cualquier aparato llamado a convertirse en el centro multimedia del hogar requiere un diseño atractivo. Pocas casas quieren tener una caja de zapatos negra, nada vistosa enmedio del salón. O debajo de su televisor. Y mucho nos tememos que este Blusens Blu:brain se asemeja más al típico aparato made in China que a un dispositivo de diseño. Si a esto le sumamos un menú en pantalla difícil de manejar, nos encontramos con dos trabas muy importantes para un consumidor final.

En la prueba de demostración ofrecida por Blusens aún no se pudo mostrar la interfaz definitiva que llevará el producto. Sí parece claro que estará dividida en tres niveles de menús, a través de los cuales navegaremos con un sencillo mando a distancia. A los usuarios menos desenvueltos quizás pueda llevarles algún tiempo hacerse con el manejo, si bien los iconos identificativos tratarán de hacer la experiencia lo más intuitiva posible.

A falta de conocer cómo será el aspecto definitivo de su pantalla de inicio, los menos experimentados tienen otra opción. Y es que, en caso de pánico o colapso, el aparato dispondrá de acceso remoto al servicio técnico de la compañía para consultar dudas y resolver problemas. Por su parte, los más avispados disfrutarán con los diferentes widgets que podrán añadir a su menú personal, ya que se proveerá el kit SDK para que los programadores desarrollen aplicaciones específicas.

Y es que la posibilidad de añadir esas pequeñas utilidades es la guinda para este Blusens Blu:brain. Insistimos en que el manejo final de la interfaz influirá de forma determinante en su atractivo final. Podemos adelantar que se pondrá a la venta entre los meses de mayo y junio, y que costará unos 400 euros aproximadamente. La versión posterior con Gigle está prevista para después del verano, a un precio todavía por determinar.