Más que esférica, la iWoofer parece una cabeza sobre la que colocar el iPod o el iPhone para amplificar sus canciones mientras le cargamos la batería. Algo así como la Speakal iBoo, pero en lugar de fantasmistas estamos más bien ante el mismísimo comecocos, pero con ojos de mosca.


Claro que iWoofer no es un simple dock del montón con un toque estético distintivo. También cuenta con un sintonizador de radio FM, cuya antena quedaría ligeramente por encima del iPod al desplegarla completamente. El funcionamiento de la radio, por cierto, es indicado por una franja inferior de luz alógena, que se tiñe de azul para crear cierto ambiente de paso.

Como vemos abajo, la oreja izquierda de esta cara musical incluye controles de volumen y tono que imitan el aspecto de la rueda central del iPod. En el resto de los elementos de la cara irían los altavoces: dos laterales de 3 vatios y 8 ohmios cada uno en los ojos, y una unidad para los tonos graves de 6 vatios y 4 ohmios en la boca. Un diseño ingenioso, la verdad.

Otro punto a favor del iWoofer está en que podemos tenerlo encendido tanto enchufado a la corriente como a través de cuatro pilas AA. Así podremos transportarlo y hacerlo funcionar sobre la marcha, pues conserva un peso no excesivamente alto de 437 gramos. Sus dimensiones son de 170 mm de altura y 116 de diámetro (recuerden: es esférico).

Para rematar la faena, iWoofer es compatible con casi cualquier dispositivo de audio. En unos casos, podremos usar su ranura dock, como sucede con el iPod Nano, el iPod Classic o el mismo iPhone. Para el iPod Shuffle, que no lleva este tipo de ranura, podremos usar un cable adaptador suministrado en la caja, conectándolo a la salida de auriculares y de ahí a la entrada de audio de 3,5 mm que iWoofer lleva en su parte trasera. Precísamente por esto, podemos conectarle prácticamente cualquier MP3 de bolsillo.

Sólo le faltaría una pantalla para visualizar las opciones, aunque en mucho casos podremos usar para ello la propia pantalla del iPod o iPhone. Su precio es de 100 dólares, a los que habría que sumarle unos gastos de envío de otros 52 dólares hasta España. En total y al cambio actual, hablamos de unos 115 euros. Quizás algo caro para la calidad de sonido que puede proporcionar, pero también es cierto que tiene bastantes funciones y su aspecto es, cuanto menos, curioso.

Vía: gizmos