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Los televisores que Loewe ofrecía hasta ahora dentro de la familia Connect eran de gran formato. Con estos Connect 22 y Connect 26, de 22 y 26 pulgadas como indican sus nombres, el fabricante alemán amplia la gama a dos modelos de dimensiones más comedidas. Así como el Loewe Connect 42 quería adueñarse del salón, éstos están pensados para el resto de habitaciones.

Pero ojo, que para ser “televisores secundarios” en casa no escatiman en diseño ni prestaciones. El Loewe Connect 22 tiene una resolución de 1.366 x 768 píxeles, mientras que el Loewe Connect 26 llega a los 1.680 x 1.050 píxeles. Digan lo que digan, tener en la cocina o el dormitorio un televisor de estas dimensiones y con calidad de alta definición es un lujo.

En ambos modelos destaca la versatilidad de sus conexiones. Cuentan con dos puertos HDMI específicos para la alta definición. Pero también una interfaz VGA para conectar el ordenador, que ya es un miembro más de la casa (especialmente ahora que ganan popularidad los netbooks y portátiles en general). Con la función Picture in Picture (PIP) podremos ver simultáneamente dos imágenes procedentes de cualquiera de los aparatos enchufados en esas conexiones, así como de los canales de televisión.

Con la llegada de la televisión digital terrestre a la vuelta de la esquina es imprescindible que dispongan de un decodificador para la señal TDT integrado. Pero también disponen de sintonizador de radio FM, que además se ve reforzado por los altavoces estéreo de 10 vatios de potencia cada uno.

Y como añadido final, llevan la firma de Loewe en el elegante look minimalista que lucen. Se puede adquirir en color blanco, negro o cromado y con soporte para mesa, suelo o pared. Pero ten en cuenta que el precio del Loewe Connect 22 es de 900 euros, mientras que el Loewe Connect 26 cuesta 1.300 euros. Quizás demasiado grandes y algo caros para ponerlos en la cocina.