La casa por la ventana. Quien decida hacerse con los servicios del nuevo portátil ultraligero, no confundir con un ultraportátil, de Toshiba, Portégé R600 3G-11Q, tendrá que desembolsar 1.854 euros (más de 300.000 de las antiguas pesetas). Veamos si lo que tiene en las tripas justifica el hecho de ser tan caro.

El procesador es un Intel Centrino 2 Duo con vPro, la nueva tecnología de la empresa estadounidense. Es una plataforma pensada sobre todo para un uso empresarial. De entrada, permite las funciones básicas necesarias en cualquier compañía. Como el acceso remoto a los profesionales encargados del mantenimiento de los equipos corporativos, aunque el disco duro o el sistema operativo fallen. O distribuir software en todos los ordenadores de la red sin necesidad de acudir físicamente a los diferentes puestos.

EasyGuard se encarga de cuidar de la integridad de los datos y previene contra accesos no deseados, además de facilitar la conectividad. Lo mismo que incorpora cualquier otro fabricante de portátiles,  en realidad.

Por otra parte, ofrece tres gigabytes de memoria RAM, 320 gigabytes de disco duro, webcam y una unidad óptica DVD SuperMulti, que sirve como grabador de CD y DVD. En el apartado de conectividad a Internet, viene con WiFi y un módulo HSDPA (High Speed Downlink Packet Access), que posibilita la transferencia de datos a una velocidad de hasta 14 megabytes por segundo. Por último, para proteger el contenido del portátil, Toshiba ofrece a sus clientes su servicio de seguridad Toshiba EasyGuard.

Sus medidas son cercanas a los dos centímetros de grosor y un kilogramo de peso. Sin lugar a dudas se trata de unas buenas especificaciones y servicios. Lo que no tenemos tan claro es si todo esto justifica el precio desorbitado que le han asignado. Y es que 1.854 euros por un ordenador portátil en los tiempos que corren es una auténtico despropósito.