La coreana Samsung se ha decidido por el camino más inteligente, que es apoyar incondicionalmente las tecnologías de retroiluminación LED, como vía preferente de maduración de sus pantallas LCD. Después de esto, va a resultar complicado introducir nuevos avances que sean tan espectaculares. El fabricante ya había apostado en series anteriores por la retroiluminación led, en paneles FullHD, pero en una configuración con una fila en cada lateral que exige el empleo de tupidos sistemas de filtro que facilitaran la distribución homogénea de la luz.

Su nueva serie, la 8500, sienta dos importantes precedentes. En primer lugar, el led elegido es de color blanco, en lugar del sistema tricolor preferido por otros fabricantes que afirman que así se logra un mayor control cromático. En segundo lugar, ya no nos hallamos ante un montaje formando marco alrededor del panel de imagen, sino ante una tupida red de pequeñas bombillas situadas detrás, cada una de ellas con su propio control. Para el fabricante aquí reside la clave de la excelente imagen de estos nuevos televisores, la posibilidad de ir apagando los leds de uno en uno. Y aún más, no se trata de que estén encendidos o apagados, sino que entre medias pueden ir aumentando o disminuyendo la iluminación. Las posibilidades son infinitas, y el contraste que se obtiene enorme. Hasta el momento, la única manera de obtener los negros del plasma, era apagando cada píxel. Samsung así lo consigue con su nuevo sistema de iluminación. Si la definición del negro no llega al píxel, al menos se distribuye en pequeñas zonas.

Las pantallas de la serie 8500 tienen más. No basta con unas cuantas pequeñas bombillas tras el panel para ganarse el favor del público. Por eso la respuesta es de las más rápidas del mercado, apenas 2 ms. Además la velocidad de refresco es de 240 Hz. No se le resisten ni las imágenes más rápidas. Éstos televisores incluyen, de serie, tres modos automáticos que reducen el escalado y el emborronamiento propio de ciertas imágenes en movimiento.

Como ya ocurrió con algunos televisores de la casa, la capacidad multimedia es ya una filosofía con la suite Samsung Media 2.0, que permite reproducir contenidos desde diversos sitios de Internet, y que representa en pantalla el acceso a diversos contenidos mediante pequeños widgets. No sustituye a la navegación con ordenador, pero es más de lo que dan otros fabricantes. El número de fuentes informativas crecerá en los próximos meses. Lógicamente, estos modelos también tienen compatibilidad DLNA por cable e inalámbrica. Los dos primeros miembros de esta nueva serie 8500 tienen 46 y 55 pulgadas respectivamente, para un diseño muy delgado, que apenas llega a los 4 cm de grosor.

En la columna de conectividad hay que sumar cuatro HDMI, una entrada de vídeo por componentes, dos puertos USB, la conexión ethernet, una salida óptica, y una entrada VGA. Por fin, el sonido no es nada del otro mundo. No puede serlo en un televisor tan delgado, pero al menos el fabricante ha hecho un gran esfuerzo para que la gama de los medios quede bien representada. Por eso ha colocado los altavoces apuntando hacia abajo.