Aunque tiene una diagonal de 32 pulgadas, el Spheros 32 HD+ 100 DR+ de Loewe no tiene nada que ver con esos televisores de fabricante oriental desconocido que se colocan en habitaciones de tamaño reducido como el cuarto de los niños, o el salón de un apartamento de vacaciones en la playa. Esta pantalla encaja mucho mejor en uno de esos apartamentos de diseño que salen en las revistas de arquitectura. Es un televisor muy bonito, como todo lo que hace el fabricante alemán. Y, además está cargado de prestaciones de primer nivel (grabadora de disco duro, etc). Por eso su precio está por encima de la media.

Para hacerse con una de estas piezas de ingeniería alemana, hay que pagar unos 3.600 euros. A cambio, el televisor lleva un panel de imagen con una resolución de 1366 x 768 píxeles. Los locos por las cifras argumentarán que no es resolución suficiente como para sacarle el máximo partido a los discos Blu-ray, pero en esta diagonal, con esta resolución creo que es suficiente. En cuanto a las características técnicas, el aparato supera la prueba del algodón. Las imágenes son claras y los colores brillantes. El contraste resulta bastante adecuado, aunque no tan intenso como el de otras pantallas con tecnologías de retroiluminación más actuales. En cualquier caso, su tecnología de 100 Hz hace que el movimiento de las formas, de los perfiles, y la separación entre colores se mantenga perfecta, sin emborronamientos ni escalados aunque los movimientos sean rápidos.

Es uno de esos televisores de diseño que deja huella en la retina, con ese marco en cristal negro, y los altavoces plateados situados en la parte inferior de la pantalla, conformando un area horizontal que huye de las rectas. Es un diseño orgánico y neoclásico, y no es de extrañar que los usuarios con posibles estén deseando poner una de estas pantallas en su casa, porque complementa a la perfección cualquier decoración. Y lo curioso es que pese a tener tanto diseño no es una de las pantallas más delgadas del mercado, ni falta que le hace.

El panel de conexiones situado en la parte trasera deja ver un par de conectores HDMI y, dos euroconectores, una entrada VGA, y un puerto USB, que por desgracia no está preparado para la reproducción de vídeo. Sólo sirve para ver fotografías en la pantalla. Hay un segundo panel situado en el lateral, donde destaca una entrada S-video, y otra de vídeo compuesto para videocámaras y consolas que tengan ya unos años. El sintonizador es compatible con la televisión digital terrestre, el satélite y el cable, y además tiene un disco duro de 160 GB donde guardar todo tipo de contenidos. El menú de grabación ofrece un buen montón de capacidades, desde grabación instantánea, a la grabación por bloques de tiempo de entre 30 minutos y varias horas. Como es habitual en otros aparatos de la casa, incorpora un decodificador Dolby  Digital, y el sonido es sorprendentemente bueno, no sólo para una pantalla de 32 pulgadas, sino para un televisor LCD.