El televisor UE55B7020 de Samsung es el buque insignia de la serie 7000. Esta disponible en dos acabados. Cuando el marco presenta un degradado de negro a rojo, aparece como B7000. Por si este acabado fuera demasiado audaz, el fabricante coreano ha decidido sacar el mismo televisor pero con un segundo marco en el que la fusión de colores se hace entre negro y azul claro. Es un acabado más discreto pero igualmente bonito que recibe la matrícula de B7020.

Esta pantalla tiene una diagonal de 55 pulgadas, con una resolución de 1920 x 1080 píxeles. Tiene iluminación LED en los bordes de la pantalla, mientras que un panel difusor de diseño propio se encarga de trasmitir la luz a cada centímetro. Con los LED se consigue un contraste mucho mayor que con otras tecnologías, pero es preciso emplear un nuevo motor para manejarlo, el Samsung LED Engine.

Este televisor trata con singular eficacia las imágenes procedentes de fuentes de alta definición. A poco más de 2 m de distancia, el vídeo adquiere una calidad prácticamente cinematográfica a la que no es ajena ni su sistema de 100 Hercios, ni la capacidad 24p. El contraste que se logra con este panel es muy elevado. También trata bien las fuentes de definición normal. Quien haya visto sus viejos DVD en otra pantalla, va a tener que dedicarles un segundo visionado porque descubrirá cosas nuevas en cada plano. Y para los demás, tiene un sintonizador de televisión digital terrestre compatible con la alta definición.

Con la programación española esto no es decir demasiado, pero quien se aburra con la mayoría de los programas, siempre puede crear su propia programación. A su alcance tiene tres recursos diferentes. En primer lugar, la compatibilidad DLNA inalámbrica gracias a la cual podrá reproducir todo tipo de videos y contenidos albergados en cualquier lugar de la red doméstica. En segundo lugar, la posibilidad de conectarse a Internet, sobre todo a determinadas fuentes como YouTube, para ver vídeos en alta definición, aunque el concepto de alta definición de estas páginas no tiene nada que ver con el de Samsung. Esto incluye la consulta de información mediante widgets. Por fin, está la biblioteca de memoria  flash del televisor, donde almacenar, aunque sólo sea provisionalmente, ciertos contenidos para su disfrute posterior. Y todo ello en un aparato que tiene menos de 3 cm de grosor y cuesta 3.200 euros.