Es preciso instaurar, si no existe ya, la subcultura del coleccionismo USB. A los cientos, miles, de modelos ya existentes hay que añadir dos nuevos miembros de excepción. Se trata de una pareja sabrosa y calórica, el French fry drive y el Cheesburguer memory, dos pendrives con forma de ración de patatas fritas y hamburguesa con queso respectivamente.
Como no podía ser menos, el French fry drive y el Cheesburguer memory proceden de China, y se presentan como dos divertidas propuestas para almacenar nuestros datos delatando una inconfesable afición a los restaurantes de comida rápida. Quizás no están los dos artículos igual de conseguidos, siendo probablemente el Cheeseburger memory el que resulta más sugerente para darle una dentelleda.
Huelga decir que, al menos en el caso del French fry drive, salta a la vista la cadena de restaurantes de fast food en el que se han basado en el diseño (algo que queda patente en el rojo pasión del paquete que contiene las patatas fritas). Ambos artículos se venden por separado y a distinto precio y capacidad. El French fry drive, por ejemplo, puede almacenar hasta cuatro gigas de datos, y tiene un precio de 20 dólares (que vienen a ser unos 14 euros al cambio actual).
Si por el contrario nos apetece más una hamburguesa con queso y todos sus avíos, tendremos que saber que el Cheeseburger memory se vende con una capacidad de ocho gigas a un precio de 30 dólares, o lo que es lo mismo, casi 21 euros al cambio. Para pedir unos Nuggets o refresco habrá que buscar por otro lado.
Vía: Technabob