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A partir de este verano, quienes visiten la página web de la Biblioteca Nacional de España, van a poder escuchar todo tipo de música española, incluyendo los últimos éxitos de moda. En un principio, el proyecto va a poner a disposición del público una colección de música clásica española y otra de cantautores, a las que seguirán en breve una de flamenco y otra de música popular. Si el proyecto funciona, esperan hacer lo mismo con el cine español.

Esta excelente iniciativa tiende a pesar de todo su precio. La biblioteca tendrá que abonar a la Sociedad General de Autores y Editores 17.000 euros anuales, como pago por el derecho de difusión pública de las canciones. De todas formas, aún no se ha fijado la cantidad que la Biblioteca tendrá que pagar además a la Asociación de Intérpretes Musicales. Los visitantes de la página web podrán escuchar las canciones en streaming, pero no podrán descargarlas en su ordenador.

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En todo caso, se trata de escuchas privadas. Se da la paradoja de que aquellos negocios que quieran reproducir la música por la que ya ha pagado la Biblioteca Nacional, que se nutre de los impuestos de todos, deberán además abonar el canon preceptivo a la SGAE, lo mismo que aquellos que ponen la radio en sus establecimientos. La directora de la Biblioteca Nacional, Milagros del Corral, ha afirmado que «en mi modesta opinión, esta tecnología acabará con las descargas ilegales«.

Dentro de esta  iniciativa, el equipo gestor de la Biblioteca Nacional de España espera poner en la red la mayor parte de los fondos fonográficos de la misma. La Institución no solo almacena libros y mapas. Lleva atesorando fondos sonoros desde mucho antes que en 1938 se decretara la ley del depósito legal. Según fuentes de la propia Biblioteca, estos incluyen discos de Aristón, cilindros de cera, rollos de pianola, 21.000 discos de pizarra, casi 300.000 vinilos, 150.000 casetes, y unos 130.000 discos compactos. En total, unas 600.000 obras.

Vía: ABC

Foto BNE: Richie Diesterheft