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Estos son unos altavoces de dos vías que se pueden emplear para aplicaciones de sonido ambiental, pero que también van a hacer un buen papel en una instalación dedicada a música de calidad. Tienen un altavoz de graves frontal de ocho pulgadas, un tweeter también frontal de dos pulgadas, y un segundo tweeter de dos pulgadas refrigerado por ferrofluido y colocado en la trasera. El altavoz incorpora la tecnología de sonido directo/reflejado de la casa, que amplia la imagen estéreo.

Los Bose 301 serie V son compatibles con amplificadores de hasta 150 W. Los graves están garantizados con sus dos puertos de graves, colocados en el panel trasero del altavoz. Son unidades que se pueden colocar en una base, pero que también van a dar una sonido una vez colocados en una estantería.

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La calidad de construcción de estas unidades es buena, en la media de lo que hay en el mercado, con una acertada elección de materiales escogidos tanto por su aspecto estético como por su adecuación al sonido. El circuito incorpora un sistema automático de protección contra sobrecargas que evita que los conos se rompan si hay un exceso de potencia.

Son unos altavoces creados sobre todo para la reprodución musical, aunque también se pueden emplear en aplicaciones cinematográficas. En este último caso hay que tener en cuenta que no se trata de unidades blindadas, con lo que hay que colocarlos a una cierta distancia, al menos 60 cm, de la pantalla de televisión. Y hay que tomar una segunda precaución, y es que no se pueden colocar pegados a la pared porque entonces el tweeter trasero perdería eficacia. Tienen buena capacidad de volúmen y son estupendos para escuchas ambientales y profesionales. La pareja cuesta 420 euros.