La tecnología de retroiluminación led ya ha colonizado los televisores con diagonales de pequeño tamaño. El modelo 19PFL340 de Philips es un televisor de 19 pulgadas, muy delgado y con un consumo reducido. Son consecuencias lógicas del empleo de los diodos led. El equipo de diseño propone una pantalla finita, elegante, acabada en negro brillante, con una pequeña tira roja que rodea la parte inferior del marco, dandole distinción.
Los altavoces se encuentran en la parte inferior. Son pequeños, porque en una pantalla así no sobra el espacio, pero ofrecen 3 vatios de potencia, suficiente para la corta distancia de visionado propia de una pantalla como ésta. Tiene diversos modos de ecualización y efectos de sala, e incluso un modo Incredible Surround, que crea un falso envolvente. Se supone que compensa la falta de salidas de audio digitales. A cambio, tiene una salida estéreo.
Se trata de una pantalla muy sencilla de manejar, que hereda el sistema de menús en mosaico de sus hermanos mayores, aunque en este caso lo presenta en blanco y negro en lugar de en color. En cualquier caso emplea gráficos de alta resolución que convierten la navegación entre los diversos sistemas de la pantalla en una experiencia gratificante. La guía electrónica de programación, en cambio, tiene algunos pequeños defectos que dificultan el uso.
El puerto USB se ha quedado algo anticuado. Sólo es capaz de reproducir ficheros musicales MP3 y fotos en JPEG. Es una gran limitación, ya que otros equipos de la competencia pueden reproducir todo tipo de videos. Por fin, la imagen no es mala. Los colores son acertados y en contraste casi tan bueno como se podría esperar, aunque la imagen en rápido movimiento sufre de una cierta falta de definición.