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Hay pocos coches en la historia del cine tan sexys y tan deseados como el irlandés DeLorean. Es el coche cinematográfico por excelencia, el que permitía que Marty McFly y el doctor Emmet Brown  se dieran esos garbeos por el tiempo. El DMC-12 se ha convertido en un clásico por derecho propio, con su estética agresiva y aerodinámica, muy propia de los años 80. Claro que si hacemos unos pequeños añadidos bajo la forma de tubos y cables, y un condensador de fluzo, la cosa mejora.

Del coche original quedan pocos ejemplares y cuestan un riñón, pero es posible colocar una copia casi perfecta en el escritorio de casa. La compañía Flash Rods lleva años especializada en la creación de réplicas casi perfectas de coches famosos, la mayoría de ellos conteniendo memorias USB en su interior, pero en este caso han decidido tirar la casa por la ventana. Han encontrado una réplica metálica casi perfecta hasta el último detalle del coche de Regreso al Futuro, y le han metido dentro un disco duro de 500 GB.

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Es un modelo a escala 1:18, que reproduce casi todos los detalles del coche de la película, incluyendo el famoso condensador que permitía los saltos en el tiempo. Tiene las conocidas puertas de alas de gaviota móviles, y un capó que también se puede abrir. En la parte trasera, donde debiera estar la matrícula “OUTATIME” hay una entrada USB 2.0. Una lástima, porque con un interfaz USB 3.0, el coche hubiera podido alcanzar los 140 km/h necesarios para darle una colleja al continuo espacio temporal.

Colocado sobre la mesa no se diferencia de cualquier otra maqueta de alta calidad. El hecho de que lleve un disco duro dentro no ha modificado las líneas del coche, incluso rueda sobre la mesa. En un complejo detalle de humor, el fabricante para logrado que el disco sea compatible con la función Time Machine, el sistema de copia de seguridad de archivos de los ordenadores de Apple. El precio de este disco duro externo, a la venta en una serie limitada es de 250 dólares. Sí, es muy caro, pero mola.