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La Olympus VG-110 es una cámara digital que sólo pesa 105 gramos. El zoom óptico es de 4 aumentos, y el sensor CCD de 1/2,3 pulgadas puede capturar imágenes de hasta 12 megapíxeles. El objetivo equivale a un 27 – 108 mm en fotografía de 35 mm. El sistema de enfoque automático es TTL iESP con detección de contraste. Aparte del modo estándar, ofrece un modo macro, que trabaja desde 20 centímetros, y otro supermacro, con una distancia mínima de 5 centímetros.

Resulta muy sencilla de manejar. El usuario puede elegir entre catorce escenas, entre las que figuran, por ejemplo, retrato (diurno y nocturno), deportes, puesta de sol, mascotas, luz de velas o cocina, entre otras. Tiene un sistema automático de balance de blancos y la sensibilidad máxima es de 1600 ISO. El fabricante ha puesto varios filtros “mágicos”, para añadir efectos artísticos a las imágenes, como el ojo de pez, el enfoque suave o el pop art.

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La pantalla-monitor LCD-TFT tiene una diagonal de 2,7 pulgadas y se puede ajustar la nitidez en dos posiciones. El vídeo puede tener una calidad máxima de 640 por 480 píxeles y a 30 fps (cuadros por segundo). Eso sí, el fabricante avisa que el fichero no puede tener un tamaño mayor de 2 GB. El formato de vídeo es AVI Motion JPEG con el audio en WAV. Esta cámara compacta de Olympus es PictBridge, de manera que, si se usa con una impresora compatible no requiere ningún ordenador para poder tener las fotos impresas en papel.

Tiene un puerto USB 2.0 y una salida A/V a través del conector USB. La memoria interna tiene una capacidad de 18 megabytes, pero además ofrece una ranura para tarjetas de memoria SD y SDHC. También integra un diminuto flash de corto alcance con reducción de ojos rojos. La Olympus VG-110 se encuentra disponible a un precio de venta al público de 80 euros.