Los sobremesas son equipos que, en general, suelen aceptar varias configuraciones. El caso del nuevo ordenador que ha presentado la firma taiwanesa, el Acer Aspire X, no iba a ser diferente. Se trata de una máquina que no es de prestaciones muy potentes. El procesador no es de última generación ni la tarjeta gráfica está preparada para correr lo último en videojuegos. Pero aún así es una buena máquina que nos permite ejecutar varias aplicaciones a la vez.

La potencia la pueden marcar distintos procesadores, todo según la configuración que tengamos en mente. En cualquier caso, siempre será un Intel Pentium Dual-Core o un AMD Athlon II X4, de doble y cuádruple núcleo respectivamente. La memoria RAM mínima es de 4 GB, aunque si nos ponemos exigentes la podemos ampliar. Los gráficos son integrados, por lo que si somos unos jugones, quizá no sea la máquina ideal para nosotros.

El diseño es compacto, viene en una semitorre de dimensiones reducidas que nos permite colocarla en vertical o en horizontal para decorar el escritorio. Cuenta con varios puertos USB, unidad óptica de DVD, multilector de tarjetas, salida de audio de alta definición y un disco duro entre 500 GB y 1 TB. También cuenta con una salida HDMI para quien quiera ver el contenido en un monitor que acepte alta definición (HD).

El sistema operativo que ya viene preinstalado es Windows 7 de 64 bits. Vemos que es un ordenador sencillo, que no destaca por su potencia, pero que aún así no se queda corto. Lo bueno de la nueva serie Acer Aspire X es que el precio se ve muy reducido debido a los componentes que gasta. Se espera que estén disponibles en Estados Unidos dentro de unas semanas, para finales de junio de 2011. Para verlos en España tendremos que esperar cerca de un mes más y el precio no llegará a los 300 euros para las versiones más básicas.