Muchos aficionados duros a la fotografía mirarán a la cámara MD86459 de Medion como un simple juguete, como un equipo al que nunca se acudirían, y hacen mal. Es una acertada cámara compacta de respaldo que se echa en un bolsillo y se utiliza sin ningún tipo de remordimiento: un modelo muy económico, sencillo, bastante resistente, y que además es sumergible.

Esto quiere decir que se puede llevar a la la playa o de excursión a la montaña sin ningún miedo y sin temor a que se estropee. Excelente sustituta de la cámara habitual para esas situaciones en las que podría correr algún riesgo y no pensamos utilizarla. Incluso es capaz de hacer videos en resolución VGA.

Y no se trata de que la cámara resista a las salpicaduras, o que se pueda sacar cuando llueve. Se puede sumergir en agua hasta una profundidad de 3 m. Esto lo convierte en un modelo ideal para la piscina, pero también para algunas de esas aventuras de riesgo que ahora están tan de moda. A cambio, no hay que esperar una gran calidad en las imágenes. Se basa en un sensor CMOS de 5 megapíxeles. Suficiente para guardar un recuerdo de las vacaciones

Además lleva unas cuantas funciones, la mayoría de ellas automatizadas. Eso sí, las fotos saldrán enfocadas gracias la detección de sonrisas y el seguimiento de caras. En la trasera tiene una pantalla de 2.5 pulgadas, y lleva una memoria interna 16 megas que no se quedará corta gracias a su ranura de ampliación para tarjetas SD. Por fin lleva un flash de muy poca potencia, pero por 55 euros no se puede pedir mucho más.