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La salud bucodental es muy importante para el funcionamiento del resto de nuestros órganos y es por ello que cada vez hay más gente preocupándose el cuidado de sus dientes. Aprovechando este tirón, las empresas destinadas a la higiene bucal han desarrollado múltiples modelos de cepillos eléctricos. Las diferencias entre un cepillo manual y uno eléctrico parecen obvias, pero mucha gente no sabe que ambos cepillos no se utilizan del mismo modo. Y tú, ¿utilizas correctamente el cepillo eléctrico? Veamos cuál es la forma indicada de uso según los especialistas.

Lo primero que debemos comprobar es que el cepillo se encuentre en buenas condiciones, nada de cerdas con bordes afilados o mellados, ni que se caigan. Es importante remplazar el cabezal cada 3 o 4 meses o cada vez que encontremos alguno de esos problemas mencionados. El siguiente paso es dividir tu boca en cuadro cuadrantes (superior, izquierdo, derecho e inferior) para llevar a cabo tu rutina de cepillado. Esto puede ser de utilidad para cepillar cada sección de tus dientes y tu cavidad bucal. Puedes empezar con el cuadrante que quieras y nunca debes olvidar cepillarte la lengua, ya que en ella también se depositan gérmenes. Es muy importante mantener el cepillo en la línea de las encías, más o menos en un ángulo de 45 grados. Nunca debemos sobrepasar la línea de los dientes y hay que presionar de manera suave, ya que una presión excesivamente fuerte puede lesionarnos los dientes y provocar sangrado en las encías. 

Lo ideal es cepillarse las superficies exteriores con un máximo de dos o tres dientes al mismo tiempo, empleando un movimiento giratorio que vaya hacia adelante y hacia atrás. Tras acabar un cuadrante pasas al siguiente y así consecutivamente. Puedes realizar el movimiento giratorio desde la línea de las encías hasta la parte inferior del diente varias veces. Es importante cepillarse también detrás de los dientes delanteros, inferiores y superiores, para ello necesitamos utilizar el sólo la parte superior del cepillo. También debemos incidir en la limpieza de la lengua, el paladar y las superficies del los molares, de esta forma se eliminan las bacterias y el mal olor. Lo ideal es cepillar los dientes dos veces al día durante un mínimo de dos minutos o treinta segundos por cuadrante y es importante tener cuidad con no ejercer una presión excesiva ya que esto puede lastimar tus encías o desgastar el esmalte dental. Además, lo ideal es esperar de 30 a 60 minutos antes de consumir alimentos o bebidas ácidos, de esta forma el esmalte de nuestros dientes permanecerá intacto por más tiempo. Como complemento al cepillado los dentistas recomiendan utilizar el hilo dental a pesar de que nos lavemos los dientes de forma exhaustiva ya que éste llega a zonas interdentales donde el cepillo no alcanza.