Se acerca el verano y algunas marcas de tecnología aprovechan para lanzar productos para la playa o la piscina. Así, dos cámaras para aficionados a la fotografía submarina acaban de ser lanzadas de forma casi simultánea. Por una parte, la cámara G600 de Ricoh viene envuelta con un cuerpo de goma que la hace resistente al agua (hasta 1 metro de profundidad) y al polvo e incluso le permite aguantar caídas de hasta 1,5 metros. Sin embargo, esta coraza no la hace aparatosa: sus dimensiones son de 116.5 mm × 68.0 mm × 32.0 mm y el peso es de tan sólo 260 gramos (el modelo anterior llegaba a los 400). La segunda opción es una cámara digital de Sealife con una carcasa hermética que nos permite sumergirla hasta a 60 metros de profundidad.

La cámara de Ricoh no tiene nada que envidiar a las que empleamos en tierra firme. Incorpora un sensor CCD de 10 millones de píxeles y sensibilidad 3200 ISO. La imagen llega hasta él a través de una óptica con zoom óptico de 5 aumentos y macro de 1 cm.

Dispone de estabilizador digital de imagen para realizar instantáneas y graba vídeos con una resolución de 640 x 480 píxeles, que quedan almacenados en tarjetas SD. Podremos contemplar tanto las fotografías como las filmaciones en su pantalla de 2,7 pulgadas. Para no quedarnos tirados a mitad de inmersión, la cámara emplea dos fuentes de energía. Por una parte, una batería de ión-litio que permite realizar hasta 360 disparos. Y cuando la batería se agota, pasa a funcionar con pilas AAA convencionales.

La G600 estará disponible a partir de este mismo mes en Inglaterra a un precio de 350 libras (unos 445 euros).

El modelo DC800 de SeaLife es un modelo de cámara digital compacta (de bolsillo) con carcasa que permite realizar fotografías y vídeos con sonido hasta una profundidad de 60 metros. Por lo tanto, a diferencia del modelo anterior, no es un mero modelo resistente al agua, sino que puede ser usada incluso por buceadores profesionales.

Su sensor CCD de 8 megapíxeles permite hacer fotografías de alta resolución que se pueden contemplar en su monitor LCD de 2.7 pulgadas. Además, incorpora un zoom de 20 aumentos (4x óptico, 5x digital).

Funciona con una batería recargable de litio con una duración de 2 horas, suficiente para poder grabar una larga inmersión. Su rapidez de respuesta al disparo (menos de 1 décima de segundo) nos permite no perder ni una instantánea. Además es compatible con tarjetas SD y SDHC de hasta 4 GB.

Incluye varias características habituales en las últimas cámaras digitales del mercado, como su sistema de detección de rostros para enfocar mejor a las personas que aparecen en la imágen. O la tecnología anti-vibración, que impide que la imagen aparezca movida. También lleva un modo de disparo continuo para hacer fotos en intervalos de tiempo programados por el usuario. Además, puede grabar vídeo con sonido a una resolución de 640×480.

Para conseguir la mejor grabación bajo el agua, dispone de varios modos de corrección de tonalidades submarinas (azul y verde océano, y otro especial para fotografías realizadas en ríos). Además, por muy profundo que nos sumerjamos nunca faltará luz en nuestras instantáneas gracias a su posibilidad de incorporar un flash externo subacuático. Por último, su resistente carcasa de goma evita que sufra daños al ser golpeada y sus botones aumentados permiten manejarla incluso con los guantes del traje de neopreno puestos.

Podemos comprobar la calidad de las grabaciones subacuáticas que pueden conseguirse con la DC-800 en el siguiente vídeo:

http://www.youtube.com/watch?v=4TEM1X6uRAs

Esta cámara de Sealife ya se encuentra disponible en las tiendas de EE.UU. a un precio de 550 dólares (unos 350 euros).

En este curioso mundo de las cámaras subacuáticas hemos visto modelos sorprendentes como el que estaba integrado en unas gafas de bucear o el que tenía aspecto de cámara de vídeo con pantalla LCD plegable que resiste sin problemas una inmersión de hasta metro y medio de profundidad.

Vía: Gizmos artículo 1 y artículo 2