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La sencillez puede convertirse en una virtud. Es lo que han debido pensar los japoneses Nikon al agregar estas dos nuevas unidades a su serie Coolpix. Las Nikon Coolpix S8100 y Nikon Coolpix S80 son cámaras de fotos de perfil delgado, que sustituyen los grandes alardes técnicos por la funcionalidad práctica. No es ninguna perogrullada: pocas veces veremos que la renovación de un modelo anterior se presente reduciendo su resolución.

Todo tiene una explicación. Efectivamente, los 12,1 MegaPíxeles de la S8100 implican una pequeña disminución respecto a su predecesora, la Nikon S8000. A cambio, esta nueva compacta ofrece grabación de vídeo con calidad Full HD (1080 líneas), y un modo ráfaga más potente para captar diez fotos por segundo. Su lente incorpora zoom óptico de diez aumentos, y su sensibilidad máxima puede situarse en 3200 ISO (para fotografiar con baja luminosidad).

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La S80 presenta un aspecto menos convencional. Con su sencillo diseño de tapa deslizante, y sólo 16,5 milímetros de grosor, casi no parece una cámara. Su sensor proporciona imágenes de 14,1 MegaPíxeles, y permite grabar en alta definición (sólo a 720p en este caso). Sin embargo, quizás lo más llamativo sea su pantalla OLED táctil de 3,5 pulgadas, que cubre prácticamente todo el reverso. La salida HDMI, sensibilidad de hasta 6400 ISO y zoom óptico de cinco aumentos son otras de sus utilidades destacables.

Para aquellos que busquen una solución fotográfica sencilla, y no les importe sacrificar un par de MegaPíxeles a cambio de mayor dinamismo, las Nikon Coolpix S8100 y S80 son dos opciones a considerar. Pueden empezar a buscarlas a partir de octubre, con precios recomendados de 300 dólares (235 euros) la primera y 330 dólares (259 euros) la segunda. Eso sí. El servicio postventa en España no es ejemplar (ni mucho menos). Si la cámara elegida se estropea o no cumple los estándares esperados, no esperemos que los responsbles nos solucionen el problema de forma satisfactoria.