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La llegada del iPad no sólo ha causado revuelo entre los tecnófilos. Los economistas también se han puesto manos a la obra para analizar los aspectos financieros del tablet de Apple. La firma ISuppli Corp. ha llevado  a cabo un interesante estudio sobre sus costes de fabricación y los beneficios que obtiene la compañía tras su venta final.

Resulta que producir un iPad tiene un importe aproximado de 219,35 dólares, unos 158,78 euros. El precio al público del modelo básico y por tanto más económico, será de 500 dólares, unos 362 euros al cambio actual.


iPad-02 [tuexperto]En el monitor táctil Apple invierte unos 80 dólares, equivalentes a 57,91 euros, mientras que al procesador, de cuya fabricación se encarga Samsung Electronics Co., destina 17 dólares (12,31 euros). En opinión de algunos analistas, como Francis Sideco de ISuppli, los 500 dólares que cuesta el iPad con menos prestaciones pueden estar fuera del alcance de muchos usuarios preocupados por su economía doméstica. Así que, finaliza Sideco, «el relativo bajo precio de los materiales proporciona a Apple flexibilidad para reducir el precio de la venta al por menor«. Si hacemos cuentas, vemos que los beneficios netos que obtiene la compañía de la manzana por cada iPad supera con creces el 100%. Es así con el tablet de 16 Gb sin compatibilidad con redes 3G. En el caso de modelos superiores, las ganancias serán incluso mayores.

De hecho, hace poco comentamos que Apple podría rebajar el precio del iPad si no cumpliera los objetivos de venta. La información trascendió de unos comentarios de Bill Shope, de la consultoría financiera Credit Suisse, quien mantuvo una serie de reuniones con ejecutivos de Cupertino. No sería una mala alternativa para Apple, sobre todos si tenemos en cuenta que ha descendido el interés de los consumidores por el iPad tras su anuncio. Un portavoz de la compañía, Colin Smith, ha declinado hacer declaraciones sobre el estudio de ISuppli y la posibilidad de recortar el importe.

Dicen que la avaricia rompe el saco, así que Steve Jobs no debería probar a tirar tanto de la cuerda. Sobre todo cuando, hoy por hoy, hay poca inclinación a invertir en gadgets que ni siquiera tienen muy clara su función.

Foto: Kimberly White/Reuters