Yamaha es una compañía japonesa y todos sabemos la pasión que existe en ese país por el karaoke. En España, los aficionados al karaoke son una especie más común de lo que se cree, lo que pasa es que muchos guardan en secreto su inconfesable pasión por el trino amateur.

En la intimidad del hogar, cada cual es libre de montarse la fiesta como le dé la gana. La opción más básica para los cantantes clandestinos es darle duro al Singstar, al Lips, o al karaoke del reproductor online Spotify. Eso sí, si lo que quieren es dar la nota con mayúsculas, necesitan un sistema como el formado por el KMA900 y el KMS700, ambos precisamente de Yamaha. Dos equipos para el auténtico profesional del trino privado.

Hay que advertir que el combo formado por estos dos dispositivos no es apto para bolsillos delicados porque, en conjunto, cuestan  1.200 euros. Tampoco es un equipo muy pensado para el hogar, básicamente porque su potencia de salida es de 240 watios y pocos vecinos resistirán la tentación de agarrar la escopeta y dar buena cuenta del cantante si se pone una noche a entonar al estilo Bustamante a esa potencia. Ambos equipos son más indicados para casas sin vecinos en varios kilómetros, bares o locales de karaoke.

El primer dispositivo de tan letal conjunto es el KMA 900. Se trata de un amplificador específico para karaoke con una potencia de 150Wx2. El KMA900 incorpora funciones de mezcla digital y trae cinco entradas para micrófono con otras tantas entradas de audio con conmutación directa desde el equipo o a través del mando a distancia.


Esta bestia del karaoke también integra cuatro entradas de vídeo con control de eco en tres pasos y control digital de tono en seis pasos. Por último, el KMA900 trae dos salidas para Subwoofer una con filtro de paso bajo y la otra full-range. El precio de esta pesadilla electrónica es de 800 euros.

El KMA900 no es nada sin su contrapartida, el KMS700. Son dos cajas acústicas de 8 kilos de peso y unas dimensiones de 450 x 265 x 266mm. Cada uno tiene tres conos tipo Bass Reflex. La pareja alcanza una potencia de salida de 240 watios y cuentan con blindaje magnético.

La pareja de altavoces cuesta 400 euros. Si algún día veis a vuestro vecino metiendo estos dispositivos en casa, aplicad aquella frase de Gandalf, cuando colgaba del puente de Khazad Dum, que venía a decir: “¡Huid, insensatos!”. El que avisa no es traidor.