Los reproductores de libros electrónicos están alcanzando la popularidad con rapidez, pero no tanta como para producir los beneficios que todos los implicados en el mercado desearían. Es por eso que algunos fabricantes, en especial el taiwanés E-Ink, que posee una buena cuota del mercado de la tinta electrónica, están buscando nuevos dispositivos en los que incorporar sus últimos desarrollos.
En estos momentos nos encontramos ya en la quinta generación de paneles de papel electrónico o de tinta electrónica, y por el camino se han incorporado algunas mejoras, como por ejemplo la posibilidad de crear paneles de tinta electrónica táctiles, y también algunos de tipo electromagnético. Los diseñadores están incorporando estas nuevas tecnologías en inventos numerosos como relojes, teclados como los del Samsung Alias 2, y otros teléfonos, teclados para ordenador en aplicaciones especiales, etiquetas para colocar los precios en los lineales de los supermercados, y pequeños paneles publicitarios.
La ventaja de la tinta electrónica es que consume muy poco, y que tiene una legibilidad excelente, mucho mejor que la de un simple panel lcd en blanco y negro. Además permiten la creación de paneles flexibles que pueden curvarse sobre sí mismos sin romperse.
De todas formas, la mejor de sus características es la posibilidad de cambiar de contenido. Un teclado tradicional tendrá siempre las mismas letras en las mismas posiciones, mientras que un teclado creado con un panel de tinta electrónica puede cambiar continuamente la posición de las letras e incluso los caracteres, facilitando el cambio de idioma o de alfabeto sin demasiados problemas. De todas formas la aplicación estrella siguen siendo los libros electrónicos. El Kindle de última generación va a incorporar la más reciente tecnología que dobla el contraste y acelera la capacidad de refresco con respecto a versiones anteriores. De todas formas, atención a los paneles de tinta en color, que podrían conocer las primeras aplicaciones comerciales a principios de 2011.
Vía: Electronista