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Sony ha renunciado a las siglas SLR empleadas tradicionalmente para designar a las cámaras reflex, y en cambio ha denominado a sus nuevas cámaras como SLT-A55 y SLT-A33 respectivamente. SLT es por Single Lens Translucent. ¿Quiere eso decir que sus nuevos modelos no son réflex? Si, y no. Para introducir novedades en sus nuevas cámaras, la japonesa ha rescatado una tecnología que sólo recordarán los más veteranos, y que durante un tiempo se podía encontrar en las viejas cámaras de Nikon y de Canon. Se trata del espejo translúcido o “pellicle”.

La virtud de esta tecnología sobradamente probada es que deja pasar la luz en dirección al sensor, sin necesidad de levantar el espejo, y a la vez sigue enviando imágenes al microprisma y al visor. ¿Qué ventajas tiene esto? La primera de ellas es que el sensor encargado del enfoque sigue recibiendo luz suficiente para desempeñar su tarea, pero como se elimina ese molesto ciclo mecánico de subir y bajar espejo entre fotografías, la velocidad de la toma se puede elevar hasta los 10 fotogramas por segundo. Claro que a continuación nos encontramos con el cuello de botella de la introducción de datos en la memoria. Es por eso que la ráfaga máxima es de 33 fotogramas en JPEG, mientras que se quedan sólo 20 para el formato RAW.

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Otra ventaja del espejo translúcido es que el usuario puede seguir la toma de vídeo a través del visor. En las demás réflex del mercado el espejo levantado impide usar el visor al grabar vídeo. Ambas cámaras tienen un buen número de automatismos, de modos de enfoque y de prioridades, suficientes para que hasta el más novato consiga hacer una buena toma. En cualquier caso, en manual hay suficiente libertad para que los más veteranos no se aburran como ostras. Tiene un sistema de detección autofocus de 15 puntos que permite un enfoque muy rápido, pero además juega un papel fundamental durante la toma de secuencias de vídeo en alta definición. La calidad máxima es1080i y no puede durar más de 29 minutos.

Hay algunas diferencias entre ambos modelos. El A55 tiene 16 megapíxeles, dispara 10 fotogramas por segundo, y tiene GPS incorporado mientras que el A33 tiene sólo 14, su velocidad máxima de disparo es de 7 fotogramas por segundo, y no tiene GPS. En todo lo demás las cámaras son idénticas, tanto en el exterior como en el interior. Su tamaño es algo más reducido que el de modelos anteriores, y resultan más manejables. Tiene una pantalla basculante que facilita la composición de la toma, pero el visor es muy luminoso, y va a ser apreciado por los fotógrafos más tradicionales. Estas cámaras estarán a la venta a partir de septiembre, y todavía no hay precio para el mercado español, aunque fuera el modelo A33 sale por unos 650 euros, mientras el A55 cuesta 750 euros.

 Vía: Akihabara News