Los consumidores muestran cada vez más su preferencia por monitores con grandes diagonales, pero eso exige de tener un escritorio o un espacio de trabajo de unas ciertas dimensiones, que no están al alcance de todo el mundo. Por eso siguen resultando tan necesarios los modelos de menor tamaño como este de 21.5 pulgadas de Packard Bell.
Ese es el modelo con diagonal de menor tamaño de la serie Maestro, y presenta todas las señas de identidad de la serie como por ejemplo un grosor de apenas 16,5 mm, logrado sobre todo porque se han empleado diodos led en la retroiluminación, y eso ha permitido reducir el grosor del monitor. El diseño sigue siendo muy elegante, con un bisel negro que hace resaltar la pantalla, sobre todo en las cortas distancias de visionado propias de un equipo de ese tamaño.
Hay que reconocer que se trata de un aparato en el que la casa ha invertido tanto en el tablero de diseño como en la electrónica, y eso genera una imagen de alta calidad en alta definición perfecta para todo tipo de aplicaciones, desde las cinematográficas más exigentes hasta el diseño gráfico, el retoque fotográfico, o incluso la edición de video. Con un tiempo de respuesta de 2 ms, se puede hacer eso y mucho más. Los negros y los matices son excelentes. Claro que es una pantalla con un contraste dinámico de 12.000.000:1. Cuesta 220 euros.
Los monitores de la serie Maestro tienen dos pequeños altavoces integrados. No pueden sustituir a un buen sistema de cine doméstico o un par de altavoces estéreo de alta fidelidad, pero para escuchar música mientras se trabaja o sonorizar videojuegos sin excesivas exigencias, pueden valer. También para ver series y películas bajadas de la red, pero quien quiera sonido multicanal, tendrá que comprar un kit de altavoces.