Bien se sabe que las máquinas pensadas para videojuegos son un derroche de tecnología. Equipos fabricados con algunos de los componentes más potentes que existen en el mercado en el momento. Es el caso del MSI GT680-R pero con una pequeña diferencia, estos componentes están pensados para no encarecer demasiado el producto. Se trata de un ordenador portátil con una pantalla de 15,6 pulgadas y que acepta una resolución máxima de 1.366 x 768 píxeles. El hecho de no ser FullHD ya nos hace ver que se intenta abaratar el equipo.

Su combinación de procesador Intel Core i7 de segunda generación con una tarjeta gráfica NVIDIA GTX nos hace ver que la calidad para videojuegos no nos va a faltar en ningún momento. Si aparte le añadimos los 6 GB de memoria RAM, aunque se puedan alcanzar hasta los 16 GB, el rendimiento tampoco se nos va a quedar corto cuando queramos ejecutar varias aplicaciones a la vez. Eso sí, si queremos ver el contenido en alta definición (HD), tendremos que echar mano de un monitor con entrada HDMI.

El diseño llama la atención por si mismo. Con formas futuristas, luces por toda la carcasa y tonos en naranja, rojo y plateado. Incluye webcam, micrófono, unidad óptica Blu-Ray, Wifi para conectarnos a Internet sin cables, puertos del nuevo USB 3.0, un disco duro de 1 TB y un touchpad multitáctil. También cuenta con altavoces de alta definición que nos dan mucha calidad si queremos ver alguna película.

Un inconveniente del equipo es el peso, que llega a los 3,5 kilogramos, y lo hace con una batería de una duración teórica de unas 3 horas. Al final, vemos que la firma taiwanesa sigue centrando su atención en máquinas para los más jugones. Algo que lleva haciendo prácticamente desde sus inicios. Pero esta vez lo hace a un precio relativamente barato dentro de lo que cabe. El MSI GT680-R ya está disponible en las tiendas españolas, y el precio está entre los 1.200 y los 1.300 euros.